El control obrero en la Revolución Portuguesa 1974-1975

El control obrero en la Revolución Portuguesa 1974-1975

Resumen: Una de las características clave del proceso revolucionario portugués -1974-1975 – es el control obrero, que evolucionó decisivamente a partir de febrero de 1975. En las empresas nacionalizadas, en las principales empresas metalúrgicas e incluso en otros sectores se entra en una situación de control obrero más que de autogestión, tal vez más implantada en las pequeñas empresas y en las empresas con reales dificultades financieras i/o productivas. En este artículo estudiaremos esa historia distinguiendo el control obrero de los procesos clásicos de autogestión, haciendo referencia a los principales trabajos teóricos del marxismo en esta área.

Palabras clave: revolución de los claveles; Portugal; control obrero; autogestión.

Abstract

One of the key features of the Portuguese revolutionary process (1974-1975) is workers’ control, which grew significantly since February 1975. In nationalized companies, leading metalworking companies and even in other sectors begins a situation of workers’ control beyond self-management, perhaps more established in small enterprises and enterprises in real financial and / or production difficulties. In this article we will do this
history, distinguishing workers’ control from classic workers’ self-management processes, with reference to the main Marxist theoretical works in this area.

Keywords: Carnation Revolution, Portugal, Workers’ Control, Self-management



“No existe control obrero cuando pretendemos gestionar los negocios del patrón”

Obrero de la construcción naval, astilleros de Lisnave, Margueira, 1975

El día 25 de abril de 1974 un golpe llevado a cabo por el Movimento das Forças Armadas (MFA), en desacuerdo con la guerra colonial que se había prolongado durante ya trece años, puso fin a la dictadura portuguesa, que había durado 48 años bajo la dirección de António Salazar y -desde 1968- bajo la jefatura de Marcelo Caetano. Inmediatamente, y contra la proclama de los militares que dirigían el golpe -que insistían por la radio en que la gente debía quedarse en casa –, miles de personas salieron de sus casas, sobre todo en Lisboa y Oporto, y así fue como, con la gente a las puertas gritando “muerte al fascismo”, se cercó al Gobierno en el Cuartel do Carmo, en Lisboa; se abrieron las puertas de las prisiones de Caxias y de Peniche para que salieran todos los presos políticos; se desmanteló la PIDE/DGS , la policía política, se atacó la sede del periódico del régimen A Época y se abolió la censura.

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