Erich Mühsam: Su vida, su obra, su martirio

El poeta, escritor y activista anarquista Erich Mühsam con su muerte trágica dio el más sublime ejemplo de que vivía fiel y sencillamente, pero de un modo abnegado, de acuerdo a sus doctrinas.

Erich Mühsam: Su vida, su obra, su martirio

EL AMBIENTE SOCIAL ALEMÁN

Menos desarrollado que en otros países, el anarquismo en Alemania no ha podido producir más que unos pocos combatientes y pensadores. La socialdemocracia estatólatra aplastó todo pensamiento libertario; sus representantes no eran gentes combativas; han preferido describir las luchas que hicieron los demás.
Aparte de Lassalle, el que tuvo tal vez más cualidades militantes, aun cuando culminasen en la colaboración con las clases dirigentes, ni Karl Marx, ni Friedrich Engels, ni tampoco Kautsky o Cunow pueden ser considerados militantes en el verdadero sentido de la palabra. La revolución alemana de noviembre de 1918 se prestaba quizás para crear un nuevo tipo revolucionario del movimiento obrero, pero la socialdemocracia estatal, autoritaria y en pacto con la burguesía, sofocó todos los ensayos para educar personalidades libres, revolucionarias. Incluso entre los mártires de la revolución alemana hay pocas figuras realmente revolucionarias. Hubo entre los que cayeron, sin duda, en noviembre de 1918, fuertes personalidades, pero entre los conocidos, no merecen siempre el nombre de combatientes aquellos a quienes el azar puso al frente de un ministerio, desde donde se expusieron y  atrajeron el odio de los reaccionarios. Rosa Luxemburg, Karl Liebknecht, Leo   Jogisches, Leviné, y tal vez también Kurt Eisner y Gareis, eran excepciones en el país de la socialdemocracia, cuyo jefe, Ebert, según confesión propia, "odiaba la revolución como la peste", y, en consecuencia, no odiaba a nadie más intensamente que a los revolucionarios. No hay que buscar, pues, militantes revolucionarios en la socialdemocracia alemana, ya que en ella no se preparó el terreno para que pudieran manifestarse.
Si se quieren buscar figuras idealistas en la historia del movimiento obrero alemán, hay que volver al tiempo de la ley contra los socialistas y durante su vigencia. Un August Reinsdorf, un Johann Most eran hombres que iban más allá de los estrechos cercos del partido en su pensamiento y en su acción. En el dominio puramente teórico existió, hace casi un siglo, un Max Stirner, y luego su sucesor poético, Henry Mackay, cuya audacia de pensamiento no ha sido alcanzada hasta aquí; pero, hombres que reuniesen la teoría y la práctica de la lucha  revolucionaria, como Kropotkin en Rusia, Malatesta en Italia, Proudhon en Francia, eran raros en Alemania.
En nuestro período se destacan dos personalidades que tal vez en un próximo futuro puedan ser contados entre los clásicos del movimiento anarquista de Alemania: Gustav Landauer y Erich Müshsam. Si aquél se puede aproximar a Proudhon, este último, de acuerdo a su naturaleza, estaría más cerca de un Bakunin trasplantado en las condiciones alemanas. Ambos procedían de la burguesía, no del proletariado. Se puede constatar que un gran número, si no la mayoría de los llamados. guías del proletariado militante, proceden de las filas de la pequeña y mediana burguesía,
incluso hasta de la alta burguesía algunos. Todos los grandes revolucionarios rusos, desde Lavrow sobre Bakunin, Alejandro Herzen hasta Kropotkin y Lenin, procedían de la nobleza o de la burguesía, y pasaron por los establecimientos de instrucción burgueses. Lo mismo vemos en Alemania, en Francia y en otros países. Marx nació en una familia judía de rabinos con un buen medio burgués; Lassalle procedía de grandes comerciantes judíos; Engels era un industrial, y sólo Bebel, y de los más viejos Johann Most, y antes aún Weitling, tuvieron su cuna en el proletariado o en la pequeña burguesía; en cambio, gran número de teóricos socialistas, por su origen y su naturaleza estuvieron ligados a la burguesía. También Landauer y Erich Mühsam eran descendientes de la burguesía. Uno, del sur de Alemania; el otro, de la costa. Ambos disfrutaron de la instrucción clásica y, según la voluntad de sus padres, debían seguir carreras liberales. Pero ambos tomaron el camino hacia el proletariado.

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