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  • French
    26/02/12

    CONSEIL D’ATELIER  ET « LOIS AUROUX »

    Correspondant à des aspirations au contrôle et à l’autogestion confirmée et élargies à la suite de la grève générale du printemps 1968, les revendications de « conseils d’atelier et de bureau » ont été dans les années 1970 portées par le mouvement syndical, surtout d’abord par la CFDT, mais aussi repris par la CGT. Quand la gauche arrive au pouvoir, à l’Elysée et à l’Assemblée en 1981, le contexte paraît favorable à la concrétisation dans le dispositif légal de ces exigences. C’est dans ce contexte que se situe l’expérience du conseil d’atelier de Saintes objet de l’interview publiée dans le  journal Commune en juin 1982. Nous sommes alors en plein débat parlementaire : la gauche a entamé une série de réformes du code du travail, connues sous le nom de « lois Auroux » (nom du ministre socialiste du travail), du 4 août 1982 – la date symbolique fait référence à un autre 4 août, celui de l’abolition des privilèges.

    L’une de ces quatre est adoptée à titre expérimental. Il s’agit de consacrer le droit à « l’expression directe et collective » des salariés « sur le contenu et l’organisation de leur travail ». Elle est confirmée par la loi du 3 janvier 1986. Dans la fonction publique, la loi de démocratisation du secteur public (Anicet le Pors) a également consacré ce droit sous une forme particulière

    Toujours en vigueur dans le texte du code de travail (L 2281-1 et suivants), avec une négociation obligatoire sur son application, elle est toutefois aujourd’hui quasiment lettre morte. En effet, elle est d’abord limitée dans son étendue : si les salariés peuvent s’exprimer au niveau de leur unité de travail, le niveau de l’entreprise leur échappe. Loi « venue d’en haut », suscitant la défiance de nombreux syndicalistes qui y ont vu un moyen de contourner l’organisation syndicale, elle a pu être – malgré les dénonciations publiques d’usage du patronat(c’est le soviets dans l’entreprise, c’est la contestation du pouvoir patronal)  -détournée et  utilisée dans le cadre des nouvelles techniques managériales…

    Tombée en désuétude dans ces conditions, il n’en demeure pas moins que les salariés peuvent encore se revendiquer des textes du code du Travail dans leurs stratégies et tactiques de lutte, à la condition que ceci favorise l’autonomie et non la subordination.

    Association Autogestion
    26 février 2012
    http://www.autogestion.asso.fr

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  • Spanish
    25/02/12
    La cultura de la burocracia tiene un mismo efecto, frenar el desarrollo dinámico y la operatividad ágil y pronta de la política revolucionaria de transformación socialista de los medios de producción.

    En un artículo anterior, referente a los enemigos del control obrero exprese que ellos eran el burocratismo, en si he debido decir “la cultura de la burocracia burguesa”· porque aunque el burocratismo tiene un mismo efecto, el cual es frenar el desarrollo dinámico y la operatividad ágil y pronta de una política determinada, en nuestro caso, de una política revolucionaria de transformación socialista de los medios de producción, pero el burocratismo como tara o vicio puede ser también de “izquierda”, no es exclusivamente burgués. Siguiendo con los enemigos del control obrero y qué hacer con ante ellos; el otro enemigo del control obrero que denuncie fue el sindicalerismo, el tercero fue la corrupción y el ultimo fue el estado burocrático burgués, que no identifique con pelos y señales, he debido decir “El Estado Burocrático Burgués que un Pervive dentro del Gobierno Bolivariano”, pasemos a estudiar qué hacer con cada uno de ellos.

    ¿QUE HACER ANTE EL BUROCRATISMO BURGUES?:
    Primero que todo debe existir un marco jurídico favorable a la nueva forma de producir, inmersa en el control obrero, es por ello que se está pidiendo en la reforma de la LOT, la inclusión del control obrero (Autogestión y cogestión) y los Consejos de Trabajadores.

    Ahora bien, dentro del marco normativo propiciatorio para el control obrero, debería regularse un proceso de reestructuración, en donde al control obrero se le de cierta libertad de acción para quitar gerentes y directivos de la administración burguesa y colocar los propios. Esto acorde a nuestra legislación, pudieran estar excluidos de la estabilidad laboral el personal de confianza y de dirección, cosa que ya se ha venido haciendo acertadamente con los decretos tanto de aumento de sueldo como de estabilidad laboral.

    Dentro del proceso de reestructuración o reorganización (El nombre es lo de menos, importa la idea) debiera establecerse la conformación de los consejos de delgados departamentales o consejos de producción por procesos (CPP), cual es la experiencia de CVG-ALCASA, que sería una especie de junta de dirección operativa o de gerencia ampliada; y establecerse las mesas de trabajo por departamento o gerencias o según como este organizada la empresa, que sería la expresión de las direcciones ampliadas por las áreas de base. Igualmente deben establecerse los distintos tipos de asamblea, tanto las generales como las departamentales o por gerencias, en un principio serian de corte informativo y/o consultivo más no decisorias. Aparte de implementar mecanismos agiles de información y consulta, por ejemplo en ALCASA existe un informador permanente como es “La Hoja del Aluminio”, en donde la presidencia obrera informa o rinde cuenta casi a diario de su gestión e internamente existe una intranet.

    ¿QUÉ HACER ANTE EL SINDICALERISMO?

    Otro enemigo acérrimo, en específico en las empresas básicas de Guayana, ha sido la fuerza de choque de las transnacionales y el estado burgués puntofijista y la corrupción y la burocracia burguesa “bolivariana”, y estamos hablando aquí del sindicalerismo, que es la desviación burguesa oportunista y maniquea de una de las formas de expresión de la lucha de clases como lo es la lucha sindical.

    El sindicalerismo, cuando para la factoría, y le exige al control obrero que le pague sus pasivos laborales, aparentemente estaría demostrando defensa consecuente de los intereses de los trabajadores, en la mayoría de los casos nada mas falaz que ello, independientemente que dentro de esos reclamos hay sindicalistas honestos que sienten de verdad esa lucha, así como muchos trabajadores que actúan de buena, aparte de que el reclamo es legitimo, pero en un 80%, sobretodo en Guayana, donde los sindicalistas son “zorros viejos” con un promedio de más de 20 años en las factorías, estos reclamos buscan separar o desencantar al trabajador común con el control obrero, que viene a liberarlo del yugo burgués y transnacional y de la corrupción existente en estas empresas, que muchas veces son las verdaderas causas del no pago de su pasivos laborales y nuevos aumentos y mejoras; pero el reclamo sindical, repito, busca desprestigiar y colapsar al control obrero para que continúe el estado de cosas existente, en donde existen clientes privilegiados, que no le aportan nada a la fabrica ni al país, existen contratos de adquisición de bienes, prestaciones de servicios y ejecución de obras, en donde a mucha gente le “mojan la mano”, y en este asunto, muchos sindicalistas no están exento de esas dadivas, por lo que ellos mismos forman parte del viejo andamiaje de la burocracia burguesa y de la corrupción.

    Ahora lo que si debemos estar claro, que esos pasivos laborales son una realidad y compromisos que se deben honrar; por ello, la experiencia incipiente y saboteada y obstruida de mil maneras pero sobreviviente del control obrero en Guayana, aconseja, que conjuntamente con la declaratoria de reorganización, como lo vimos arriba, se declare la paz laboral, consistente, en hacer un corte de todos los pasivos laborales y establecer un cronograma de pago, en base a la producción futura e igualmente mejoras económicas y socio económicas, en base a un plan de producción. Pudiera concluirse que el 20% de las utilidades son para pago de personal y el estado pudiera donar o prestar (Créditos blandos con la banca pública) una cantidad de dinero a fin de pagar todo o parte de la deuda laboral y lograr una paz laboral, indispensable, para el desarrollo de la productividad que es congénita con la toma del poder de la fabrica por los trabajadores.

    ¿QUÉ HACER ANTE LA CORRUPCION?

    La corrupción es congénita con el sistema capitalista, y más en la etapa imperialista, y en la etapa neoliberal, no solo es congénita sino que forma parte del presupuesto o gastos de operación, toda empresa transnacional que viene por Sur-América (O cualquier parte del mundo), dentro de su presupuesto hay una partida para corromper funcionarios y lograr la “buena pro” del contrato; pero si esto es así en los grandotes, “los chiquitos” también siguen el mismo ejemplo, desde la empresa que surten de lápices y papel a las oficinas administrativas hasta el vendedor de la materia prima o el comprador del producto fabricado, siempre es generoso con los funcionarios o gerentes con quien le toca discutir el contrato. Este estado de cosas, hace que en las fábricas se formen macollas o mafias, que se enquistan y se apropian de una parte o de toda la factoría, estas macollas a veces llegan a tener tanto poder que condicionan a Presidentes o gerentes que al llegar, ellos “le leen la cartilla”, en vez de ser al revés, como debería ser.

    La mejor vacuna en contra la corrupción es la democracia, hacer todo transparente, en la fábrica, no debe haber secreto para los trabajadores, quienes deben participar y tener información de todos los estados de cuenta y los contratos que se están firmando dentro de la factoría. Se deben crear, aparte de las mesas de trabajo o comisiones por departamentos o gerencias, las mesas de trabajo en específico, para el otorgamiento de contratos y ventas, etc. Aquí aplica el dicho “cuentas claras conservan amistades”; el mejor amigo de los trabajadores es el control obrero, por ello para sus amigos los trabajadores, el control obrero, no debe tener ningún secreto.

    ¿QUÉ HACER ANTE EL ESTADO BUROCRÁTICO BURGUES (“BOLIVARIANO”)?

    Si en países en donde se ha tomado el poder por la vía armada y la revolución triunfante ha desplazado a todos los funcionarios del régimen depuesto, en algunos casos los ha fusilado, y ha impuesto a sus afines, no obstante estos han caído en prevaricato, que quedará para una revolución que llego por la vía electoral, sin tener un personal técnico adoctrinado y con experticia en la cosa pública y la gerencia, y por una desviación sindicalera o un humanismo mal entendido o por desconfianza en su propia gente y ante el temor de perder el control de la revolución, se dejó a los mismos funcionarios, en su mayoría mala conducta e incompetentes del puntofijismo porque se pensaba que eran más fáciles de controlar, por supuesto un aparato estatal bajo esas características, por más de rojo, rojito que se pinte y por más que use la palabra socialismo y revolución hasta en la sopa, siempre va a ser un enemigo jurado del proceso de cambios bolivariano, siempre va a retardar o impedir, cuando tenga la oportunidad de hacerlo todo lo que implique cambio o tan solo huela a revolución.

    Este es el más peligroso de todos los enemigos, puesto que este es un enemigo que está adentro. Contra este enemigo no existe una receta, por ejemplo una ley sería una buena vacuna en contra de este enemigo, ya que la ley pautaría los procedimientos del control obrero bien claros. La crítica y autocritica también es una forma de combatir esta peligrosa tara, por eso es que la derecha endógena, y muchas veces encuentra apoyo irrestricto en el comandante, por todos los medios trata que el PSUV sea un partido acrítico y de cómplices, como lo eran los de la IV Republica.

    Otra vacuna en contra de la burocracia bolivariana o derecha endógena seria, al igual que la existencia del capitalismo en el resto de la sociedad, la conformación de una tendencia de izquierda revolucionaria o bolivariana revolucionaria, vanguardia que sería fuerza de choque en contra del pumalaquismo.
     
    Francisco Sierra Corrales
    franciscosierracorrales@yahoo.com.ar

       

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  • English
    22/02/12

    Health workers in Kilkis, Greece, have occupied their local hospital and have issued a statement saying it is now fully under workers control.

    The general hospital of Kilkis in Greece is now under workers control. The workers at the hospital have declared that the long-lasting problems of the National Health System (ESY) cannot be resolved.
    The workers have responded to the regime’s acceleration of fascism by occupying the hospital and putting it under direct and complete control by the workers. All decisions will be made by a ‘workers general assembly’.

    The hospital has stated that. “The government is not acquitted of its financial responsibilities, and if their demands are not met, they will turn to the local and wider community for support in every possible way to save the hospital defend free public healthcare, to overthrow the government and every neo-liberal policy.”

    From the 6th February, hospital workers will only deal with emergencies until their wages, and monies owed have been paid. They are also demanding a return to wage levels prior to the implementation of austerity measures.

    The next general assembly will take place on the 13th, and a related press conference will be given on the 15th.

    The following statement has been issued by the workers:

    1. We recognize that the current and enduring problems of Ε.Σ.Υ (the national health system) and related organizations cannot be solved with specific and isolated demands or demands serving our special interests, since these problems are a product of a more general anti-popular governmental policy and of the bold global neoliberalism.

    2. We recognize, as well, that by insisting in the promotion of that kind of demands we essentially participate in the game of the ruthless authority. That authority which, in order to face its enemy – i.e. the people- weakened and fragmented, wishes to prevent the creation of a universal labour and popular front on a national and global level with common interests and demands against the social impoverishment that the authority’s policies bring.

    3. For this reason, we place our special interests inside a general framework of political and economic demands that are posed by a huge portion of the Greek people that today is under the most brutal capitalist attack; demands that in order to be fruitful must be promoted until the end in cooperation with the middle and lower classes of our society.

    4. The only way to achieve this is to question, in action, not only its political legitimacy, but also the legality of the arbitrary authoritarian and anti-popular power and hierarchy which is moving towards totalitarianism with accelerating pace.

    5. The workers at the General Hospital of Kilkis answer to this totalitarianism with democracy. We occupy the public hospital and put it under our direct and absolute control. The Γ.N. of Kilkis will henceforth be self-governed and the only legitimate means of administrative decision making will be the General Assembly of its workers.

    6. The government is not released of its economic obligations of staffing and supplying the hospital, but if they continue to ignore these obligations, we will be forced to inform the public of this and ask the local government but most importantly the society to support us in any way possible for: (a) the survival of our hospital (b) the overall support of the right for public and free healthcare (c) the overthrow, through a common popular struggle, of the current government and any other neoliberal policy, no matter where it comes from (d) a deep and substantial democratization, that is, one that will have society, rather than a third party, responsible for making decisions for its own future.

    7. The labour union of the Γ.N. of Kilkis will begin, from 6 February, the retention of work, serving only emergency incidents in our hospital until the complete payment for the hours worked, and the rise of our income to the levels it was before the arrival of the troika (EU-ECB-IMF). Meanwhile, knowing fully well what our social mission and moral obligations are, we will protect the health of the citizens that come to the hospital by providing free healthcare to those in need, accommodating and calling the government to finally accept its responsibilities, overcoming even in the last minute its immoderate social ruthlessness.

    8. We decide that a new general assembly will take place, on Monday 13 February in the assembly hall of the new building of the hospital at 11 am, in order to decide the procedures that are needed to efficiently implement the occupation of the administrative services and to successfully realise the self-governance of the hospital, which will start from that day. The general assemblies will take place daily and will be the paramount instrument for decision making regarding the employees and the operation of the hospital.

    We ask for the solidarity of the people and workers from all fields, the collaboration of all workers’ unions and progressive organizations, as well as the support from any media organization that chooses to tell the truth. We are determined to continue until the traitors that sell out our country and our people leave. It’s either them or us!
    The above decisions will be made public through a news conference to which all the Mass Media (local and national) will be invited on Wednesday 15/2/2012 at 12.30. Our daily assemblies begin on 13 February. We will inform the citizens about every important event taking place in our hospital by means of news releases and conferences. Furthermore, we will use any means available to publicise these events in order to make this mobilization successful.

    We call
    a) Our fellow citizens to show solidarity to our effort,
    b) Every unfairly treated citizen of our country in contestation and opposition, with actions, against his’/her’s oppressors,
    c) Our fellow workers from other hospitals to make similar decisions,
    d) the employees in other fields of the public and private sector and the participants in labour and progressive organizations to act likewise, in order to help our mobilization take the form of a universal labour and popular resistance and uprising, until our final victory against the economic and political elite that today oppresses our country and the whole world.

    First Submitted for publication by working class self organisation at libcom.org on Feb 5 2012

    Feb 6 2012 on greekleftreview.wordpress.com

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    13/02/12

    Intervention de Catherine Samary lors de la Table ronde sur l’autogestion du 4 octobre 2009 dans le cadre du « Festival des alternatives au capitalisme » à Montferrand-le-Chateau.

    En peu de temps, je voudrais répondre aux questions soulevées, en regroupant les enjeux en  deux points : 1) L’autogestion, un projet socialiste : de quoi parle-ton ? Et quelques pistes…  2) L’autogestion contradictoire avec le capitalisme mais appui de luttes contre lui…

     I- L’autogestion, un projet socialiste.

    Les mots pouvant recouvrir des réalités ou interprétations différentes, il faut commencer par clarifier de quoi on parle si l’on veut éviter les faux-débats et approfondir la réflexion. Il faut clairement distinguer :

    l’autogestion (n°1), comme principe donnant droit pour chaque individu de pouvoir gérer (être responsable de) tout ce qui le/la concerne associé à un projet émancipateur radical ; Mais cela ne dit pas comment se concrétise ce droit principiel, sauf qu’il est un droit humain général, donc forcément contradictoire avec l’exploitation des salariés qui n’ont aucun pouvoir de gestion de leur travail dès lors que l’économie est basée sur les droits de propriété privée du capital… C’est pourquoi aussi l’autogestion est associée au socialisme que l’on peut aussi « entendre » au sens n°1 d’un système mettant à l’ordre du jour la pleine et universelle reponsabilité des êtres humains sur leur travail et la façon de satisfaire les besoins… Mais cela ne donne toujours pas de réponse concrète sur le mode d’organisation de l’économie et de la démocratie, sur l’utilisation de l’argent, de la planification et du marché; ni sur les différentes formes possibles de propriété…

    L’autogestion (n°2) sous l’angle du « comment » ? : elle est dans ce cas concrétisée dans des modèles ou des expériences. Par exemple la conception anarchiste de l’autogestion, entreprise par entreprise, reliée par un marché) ou, dans la pratique, les différents systèmes yougoslaves d’autogestion, combinant différemment plna, marché et autogestion + rôle du parti et des syndicats, etc….  Dans ce cas, l’autogestion est associée à des moyens et se situe dans un contexte historique précis et un « système institutionnel» (de plan, de marché, de propriété, de droits constitutionnels…) qu’il faut discuter en fonction des droits reconnus et du bilan.

    Il faut donc s’entendre sur les critères de jugement pour les bilans (cela relève de l’autogestion n°1) : les buts, droits de base non ambigus  peuvent faire consensus. Et c’est l’analyse des mécanismes produisant un écart constaté entre la réalité (autogestion n°2) et ces buts qui permet de redresser la barre…  Personne ne doit arriver en « donneur de leçons », ou professeur rouge, imposant un « modèle » élaboré en chambre, et ignorant la richesse des innovations de lutte, la diversité des aspirations, la réalité des défiances héritées du passé, ou des dilemmes et contraintes rencontrées, méprisant et ignorant envers ces expériences…

    Sur la base de critères explicités, on peut tirer de l’expérience et des débats notamment entre courants marxistes et anarchistes quelques grandes « indications » sur différentes variantes de « système autogestionnaire » 1 et ce que pourraient être les conditions de viabilité d’un système autogestionnaire. Je me contenterai ici d’indiquer quelques grandes pistes (à discuter, donc) à partir de mes études de l’ expérience yougoslave http://csamary.free.fr (en cours d’élaboration) les articles portant sur l’expérience et la crise  yougoslave, et sur  les débats concernant le socialisme et l’autogestion, ainsi que le lien vers l’Institut d’Amsterdam (IIRE) qui a publié deux études « Plan, marché et démocratie – l’expérience des pays dits socialistes » et « la Fragmentation de la Yougoslavie »." href="http://www.workerscontrol.net/fr/authors/autogestion-de-quoi-s%E2%80%99agit-il#note-1009-2">2 :

    1°) Le statut, les droits d’autogestion se concrétisent évidemment sur le lieu de travail quelle que soit la nature de ce travail (formation ou production industrielle, agricole, de services…) ; mais ils ne devraient pas être limités à ce cadre : le droit de décider des priorités, des critères de distribution, des moyens alloués à l’autogestion,  doivent être débattus et appliqués indépendamment du poste de travail concret occupé et sous le double angle travailleurs/usagers… Pourquoi les travailleurs des hôpitaux devraient-ils être seuls à décider des financements, de la gestion et des  priorités de la santé ? Pourquoi ceux qui travaillent dans une mine perdraient ils leurs droits avec la fermeture nécessaire d’un site pour des raisons écologiques ?   Cette conception dépasse donc la vision  anarcho-syndicaliste de l’autogestion (entreprise par entreprise).

    2°) Pour se réaliser et trouver son efficacité propre, cohérente avec les droits reconnus, le système autogestionnaire doit évidemment remettre en cause un système de planification centraliste et bureaucratique ; mais il faut aussi dépasser l’horizon borné de l’entreprise et du marché mettant en concurrence les travailleurs entre eux, et ne permettant pas de déployer les droits autogestionnaires au plan « politique » horizontal, indépendamment du poste de travail.
    Des formes de « planification autogestionnaire » (et des chambres de l’autogestion pour contrôler son application) peuvent se combiner avec toutes sortes de « communautés d’intérêts autoges­tionnaires » à divers niveaux territoriaux,  associant travailleurs et usagers (hommes et femmes, dans l’entreprise, au plan local, de branches, au niveau régional, national, continental, voire international).  Les formes de propriété peuvent être diversifiées (individuelle, coopérative, grandes entreprises sociales autogérées, voire privée sous condition de respect des droits autogestionnaires et des choix planifiés). Le niveau et mode de contrôle et de financement adéquat doit être jugé concrètement en fonction du besoin à satisfaire : la coordination des politiques de transport ferroviaire serait manifestement efficace au plan continental ; la politique de santé peut combiner des dispensaires décentralisés et des financements solidaires nationaux et internationaux… Les enjeux de pollution imposent des prises de décision à tous les niveaux du local au planétaire, etc…

    3°) L’objectif de lutte contre les processus de bureaucratisation et de reproduction d’inégalités (de genre, sociale, culturel, d’origine etc…) doit être explicite, associé aux bilans sur le système et concrétisé par des mesures (institutions) de surveillance, des droits d’auto-organisation, des moyens (médiatiques, financiers, de formation sur toute la durée de vie), une organisation volontaire du partage des tâches ingrates, une rotation des responsabilités etc… La diminution radicale et le partage du temps de travail, ainsi que la formation incluant l’apprentissage de la gestion, sont essentiels dans cette lutte.

    4°) La lutte contre le bureaucratisme et l’étatisme autant que la critique et remise en cause des institutions du capitalisme ne signifient pas qu’on peut se passer d’institutions. Les différentes formes de démocratie directe et représentative ont besoin d’institutions  (Chambres  élues, services administratifs, économiques, organisations politiques, associatives..). L’expérience et le débat doivent indiquer celles qui doivent être supprimées, « inventées » ou transformées, jugées par les autogestionnaires, soumises à un contrôle social et pluraliste et à l’analyse critique en fonction des critères et buts recherchés, selon leurs effets par rapports aux objectifs, avec des ajustements périodiques.

    II- L’autogestion contradictoire avec le capitalisme mais appui de luttes contre lui.

    Dans les droits et le statut de l’être humain qu’elle suppose, l’autogestion exige pour se réaliser, la remise en cause radicale des droits de propriété privée du capital et du statut de salarié corvéable et licenciable a merci – donc le renversement du capitalisme. Bien des expériences coopératives (entreprises ou banques, ou encore commerce équitable et diverses expériences d’économie solidaire) ont été soit étouffées (cf. l’expérience des Lip en France en 1973-1976 – voir à tout prix le film !), soit perdu leur « âme » initialement « autogestionnaire » dans un environnement capitaliste redoutable, même s’il en reste éventuellement quelques vestiges.

    Pourtant, en même temps, des aspirations à un « produire et vivre autrement » naissent au sein du système et contre ses règles dominantes 3. C’est en phase de privatisations qu’on perçoit le plus à quel point les services publiques, la sécurité sociale sont de bien fragiles acquis de luttes passées. En période de crise du système capitaliste, assortie de fermetures d’entreprise,  de licenciements et de précarisation sociale massifs, des formes de résistance « autogestionnaires » peuvent émerger comme en Argentine en 2000 où des centaines d’entreprises abandonnées par leurs propriétaires ont été récupérées par leurs travailleurs, sous des formes diverses : les travailleurs de l’entreprise Zanon devenu FaSinPa (usine sans patron) sous une forme coopérative, ont gagné récemment un procès permettant la reconnaissance de l’expropriation de l’ancien patron défaillant ; mais refusant la logique de marché, ils exigent de l’Etat qu’il reprennent l’entreprise… tout en voulant garder les droits de gestion (forme d’« étatisation sous contrôle ouvrier »). Ce sont des situations confictuelles, transitoires où deux logiques de droits se confrontent : ceux que protège encore le capitalisme – en crise… et ceux (d’autogestion) que revendiquent les travailleurs mais qu’ils ne peuvent pleinement réaliser sans un changement de système.

    La résistance des Zanon peut faire tâche d’huile… ou disparaître. On ne peut changer de système sans commencer par lutter dans/contre lui… sans attendre que d’autres soient prèts à lutter, mais en espérant les encourager…  Il s’agit à la fois de délégitimer les critères et droits dominants,  conquérir au plan idéologique une « hégémonie » qui fait partie d’un rapport de force se consolidant dans l’auto-organisation et le développement d’un « tissu de solidarités » ; mais il s’agit aussi d’une préparation indispensable à la réalisation d’un autre système, contre sa dégénérescence bureaucratique.

    Rêvons un peu : sur la base d’une dialectique de luttes et de résultats électoraux exprimant les résistances au capitalisme, on pourrait imaginer dans une région, la mise en place de formes autogestionnaires de planification de fonds publics, de gestion solidaire d’entreprises, d’AMAPs, de services d’utilité collective ; avec campagne des usagers/travailleurs pour déplacer leur argent vers un fonds coopératif alloué à ces projets, participation des usagers/travailleurs aux débats et choix de budget … avec une radio libres et des vidéos popularisant ces expériences  et des solidarités nationale et internationale autour de ces avancées… Qui sait ?

    Les difficultés et limites des expériences autogestionnaires dans le cadre du système, doivent être clairement discutées, publiquement, de façon pluraliste, à chaque étape… Mais l’objectif politique d’accumuler et d’étendre  toutes les formes de contrôle public, social sur la production et la gestion des biens et services  prépare une autre société, autogestionnaire.  Celle-ci ne pourra émerger et survivre « dans une seule entreprise », commune, région, et sans remise en cause globale du système qui l’étouffe. Mais l’attente du Grand soir est une impasse, il faut miser sur la popularisation et l’extension internationale de ces luttes et des solidarités 4 :   les expériences pratiques d’un « produire et vivre autrement », y compris leur mémoire et l’analyse de leurs échecs,  rendent crédibles d’autres choix et critères possibles…

     

    1. Le livre de Thomas Coutrot, « Démocratie contre capitalisme », La Dispute  2005 permet de relier  les aspirations autogestionnaires avec quelques grandes luttes et exigences altermondialiste et de recenser de grands débats sur l’autogestion.
    2. On peut trouver  en ligne sur mon site http://csamary.free.fr (en cours d’élaboration) les articles portant sur l’expérience et la crise  yougoslave, et sur  les débats concernant le socialisme et l’autogestion, ainsi que le lien vers l’Institut d’Amsterdam (IIRE) qui a publié deux études « Plan, marché et démocratie – l’expérience des pays dits socialistes » et « la Fragmentation de la Yougoslavie ».
    3. Lire  « produire de la richesse autrement », édité par le CETIM (Centre Europe Tiers-Monde de Suisse), dégageant quelques pistes de sélection d’expérienecs de résistance collective et solidaire – cf. ma recension dans la revue Contretemps http://contretemps.eu/lectures/produire-richesse-autrement
    4. Un récent film sur l’expérience des Zanon vient d’être réalisé par une équipe franco-argentine avec sous-titrage…

    Association Autogestion
    13 février 2012
    http://www.autogestion.asso.fr

     

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    09/02/12

    Les travailleurs hospitaliers de Kilkis, ville du nord de la Grèce, ont occupé leur hôpital et proclamé que celui-ci est désormais sous contrôle ouvrier. Les déclarations de leur Assemblée générale sont d’une grande portée politique. Dans une veine profondément autogestionnaire, elles contestent le caractère démocratique du pouvoir en place, préconisent l’auto-gouvernement et défendent l’utilité sociale du travail. Nous avons ici choisi de réaliser une traduction de l’article du site web libcom.org
     
    L’hôpital de Kilkis en Grèce est maintenant sous contrôle ouvrier. Les travailleurs hospitaliers ont déclaré que les problèmes du Système national de santé (ESY) duraient depuis trop longtemps et ne pouvaient être résolus.

    Les travailleurs ont réagi à l’orientation fasciste du régime en occupant l’hôpital et le plaçant sous leur contrôle total et direct. Toutes les décisions seront dorénavant prises par une Assemblée générale des travailleurs.

    L’hôpital a considéré que « le gouvernement ne s’est pas acquitté de ses responsabilités financières. Si ses revendications n’étaient pas satisfaites, les travailleurs se retourneront vers la communauté locale et au-delà pour avoir le soutien le plus large possible afin de sauver l’hôpital, défendre la santé publique et gratuite, renverser le gouvernement et toute politique néolibérale. »

    A partir du 6 février, les travailleurs hospitaliers n’assureront que les urgences tant que leurs salaires et les sommes qui leur sont dues ne seront pas payées. Ils demandent aussi un retour aux salaires antérieurs à la mise en place des mesures d’austérité.

    La prochaine Assemblée générale aura lieu le 13 février et une conférence de presse sera donnée le 15. La déclaration suivante a été adoptée par les travailleurs :

    1.Nous constatons que les problèmes actuels et récurrents du ESY (Système national de santé) et des organisations apparentées ne peuvent être résolus avec des revendications spécifiques et isolées ou réduites à nos intérêts particuliers dans la mesure où ces problèmes sont le résultat d’une politique anti-populaire de notre gouvernement et du néolibéralisme mondial.

    2. De même, nous constatons qu’en insistant sur la promotion de ce type de revendications, nous faisons le jeu d’un pouvoir brutal. Ce pouvoir qui, pour faire face à son ennemi – le peuple – fragilisé et divisé, cherche à empêcher la formation d’un front unitaire des travailleurs et du peuple à l’échelle nationale et internationale avec des intérêts communs et des revendications contre l’appauvrissement social que les politiques de ce pouvoir génèrent.

    3. Pour cette raison, nous plaçons nos revendications spécifiques dans un cadre général d’exigences politiques et économiques qui sont posées par une grande proportion du peuple grec qui subit l’offensive la plus brutale du capitalisme ; pour qu’elle soient victorieuses, nos revendications doivent s’inscrire dans la coopération avec les classes moyennes et populaires de notre société.

    4. La seule façon d’y parvenir est de questionner dans l’action, non seulement sa légitimité politique, mais aussi la légalité de ce pouvoir anti-populaire autocratique et arbitraire qui avance vers le totalitarisme à une vitesse accélérée.

    5. Les travailleurs de l’hôpital de Kilkis répondent à ce totalitarisme par la démocratie. Nous occupons l’hôpital public et le plaçons sous notre contrôle direct et total. L’hôpital de Lilkis sera désormais auto-gouverné et le seul moyen légitime de prise de décisions sera l’Assemblée générale des travailleurs.

    6. Le gouvernement n’est pas affranchi de ses obligations économiques en dotation de personnel et d’approvisionnement de l’hôpital, mais s’il continue d’ignorer ces obligations, nous serons obligés d’informer la population de la situation et de s’adresser aux collectivités locales, mais surtout à la société civile pour nous soutenir pour :
    (a) la survie de notre hôpital ;
    (b) le soutien au droit à la santé publique et gratuite ;
    (c) le renversement, à travers une lutte populaire, du grouvernement actuel et de toute politique néolibérale, d’où qu’elle vienne ;
    (d) une profonde et substantielle démocratisation, qui permettra à la société et non à des tiers de prendre les décisions relative à son avenir.

    7. Le syndicat de l’hôpital de Kilkis commencera, à partir du 6 février, un arrêt de travail en n’assurant que les urgences jusqu’au paiement complet des heures travaillées et le retour de nos salaires aux niveaux où ils étaient avant l’intervention de la Troïka (UE-BCE-FMI). Pendant ce temps, comprenant parfaitement notre mission sociale et nos obligations morales, nous protégerons la santé des citoyens qui viennent à l’hôpital en fournissant des soins gratuits à ceux qui en ont besoin, appelant le gouvernement à prendre ses responsabilités en espérant qu’il renoncera, même à la dernière minute, à sa brutalité sociale.

    8. Nous décidons qu’une nouvelle Assemblée générale se tiendra lundi 13 février dans l’amphithéâtre du nouveau bâtiment de l’hôpital à 11 heures afin de décider les moyens à mettre en œuvre pour réaliser efficacement l’occupation des services administratifs et l’auto-gouvernance de l’hôpital qui démarrera à compter de ce jour. L’Assemblée générale se tiendra quotidiennement et sera l’instance essentielle de la prise de décision concernant les employés et le fonctionnement de l’hôpital.

    Nous appelons à la solidarité du peuple et des travailleurs de tous secteurs, à la coopération de tous les syndicats et organisations progressistes, au soutien des médias qui choisissent de dire la vérité. Nous sommes déterminés à poursuivre notre mouvement jusqu’à ce que les traîtres qui vendent notre pays et sa population s’en aille. Ce sera eux ou nous !

    Les décisions ci-dessus seront rendues publiques par une conférence de presse à laquelle tous les médias locaux comme nationaux seront invités le mercredi 15 février à 12 heures 30. Nos assemblées quotidiennes débuteront le 13 février. Nous informerons les citoyens de tout évènement important dans notre hôpital par des communiqués et des conférences de presse. En outre, nous utiliserons tous les moyens possibles pour populariser ces évènements afin que cette mobilisation réussisse.

    Nous appelons
    a) Nos concitoyens à se solidariser avec notre action,
    b) Tout citoyen injustement traité de notre pays à la contestation et à l’opposition active contre ses oppresseurs,
    c) Nos collègues des autres hôpitaux à prendre des décisions similaires,
    d) Les salariés d’autres secteurs, public comme privé, et les adhérents des organisations syndicales et progressistes à agir de même, afin que notre mobilisation prenne la forme d’une résistance ouvrière et populaire, d’un soulèvement jusqu’à notre victoire finale contre l’élite politique et économique qui opprime le monde notre pays et le monde entier.

     

    Association Autogestion
    9 février 2012
    http://www.autogestion.asso.fr

    Traduction de Benoît Borrits
    http://libcom.org/blog/greek-hospital-now-under-workers-control-05022012


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    03/02/12
    Rezension von Axel Weipert

    Angesichts der aktuellen Wirtschaftskrise, aber auch aufgrund der fatalen Konsequenzen neoliberaler Politik wächst das Interesse an Alternativen zum herkömmlichen marktwirtschaftlichen System. Gisela Notz unternimmt den Versuch, solche Ideen und konkreten Umsetzungsversuche knapp und allgemeinverständlich vorzustellen.


    Ein anderer Blick auf Arbeit

    Den Auftakt bildet eine doppelte Kritik. Einmal jene an der Vorstellung, die heutige Gesellschaft ließe sich angesichts der vielfältigen krisenhaften Entwicklungen durch begrenzte „Reparaturmaßnahmen“ reformieren. Zum anderen die Absage an den vorherrschenden Arbeitsbegriff. Notz will auch Hausarbeit, Pflege, soziales Engagement und andere, vielfach unbezahlte Arbeiten einbeziehen. Und das ist ohne Zweifel auch richtig, denn gerade in diesem Bereich hat ein traditionelles Bild von „Arbeit“ auch ganz handfeste Konsequenzen. Etwa auf die Frage, ob und wie hoch eine Tätigkeit entlohnt wird. Leidtragende sind dann meist noch immer Frauen, denen ein Großteil dieser Beschäftigungen zufällt. Die Autorin geht aber noch einen Schritt weiter, wenn sie fordert, nicht nur Arbeit um jeden Preis sicherzustellen, sondern ebenso nach der Sinnhaftigkeit dieser für den Arbeitenden und die Gesellschaft fragt: „Auch ein Vollwert-Öko-Kuchen kann unter psychisch und physisch krank machenden, menschenunwürdigen Arbeitsbedingungen gebacken werden und die nach den Kriterien humanisierter Arbeitsbedingungen gestaltete kleine Fabrik wird zum Destruktionsapparat, wenn dort Kriegsmaterial hergestellt wird.“

    Theorie...

    Wie schon der Titel andeutet, liegt der Schwerpunkt der Darstellung auf den theoretischen Konzepten. Hier verweist die Autorin auf das breite, mittlerweile fast unübersehbare Spektrum an Ideen. Als übergeordnete Gemeinsamkeiten kann man dennoch zwei zentrale Punkte ausmachen: demokratische Selbstverwaltung und gemeinschaftliches Eigentum. In einem weiten Bogen werden die Utopien von Morus und Campanella, die Konzepte der Frühsozialisten des 19. Jahrhunderts und einiger Anarchisten angerissen. Auch Marx und Bebel fehlen nicht, ebenso wie Silvio Gesell, dem die Autorin aber zurecht sehr kritisch gegenübersteht. Gerade letzterer erlebt ja aktuell eine gewisse Renaissance mit seiner Zinskritik. Demnach sei das Problem vor allem in der quasiparasitären Rolle des Geldbesitzers bzw. Zinsnehmers zu sehen, der die produktive Leistung des industriellen Kapitals gegenübergestellt wird. In heutiger Lesart heißt das dann: „gute“ Realwirtschaft contra „schlechte“ Finanzwirtschaft. Das ist aber eine nicht ungefährliche, weil verkürzte Sicht auf den Kapitalismus. Denn auch die Profite der Finanzbranche werden genauso wie die in anderen Wirtschaftsbereichen durch Ausbeutung erzeugt. Hier eine entscheidende qualitative Trennung aufzumachen bedeutet letztlich nichts anderes als eine Entlastung des Kapitalismus selbst. Es ist eine moralische Kritik, die von den realen Unterschieden an Eigentum und Macht absieht. Solche Kunstgriffe benutzen auch heute noch viele Apologeten der Marktwirtschaft, etwa, indem sie auf gierige Banker und Spekulanten verweisen.

    Immer wieder kommt Notz auf das „Oppenheimersche Transformationsgesetz“ zurück. Dieses besagt, Genossenschaften würden im Rahmen einer kapitalistischen Wirtschaft entweder untergehen oder sich schrittweise in kapitalistische Unternehmen verwandeln. Ähnliches hat auch Rosa Luxemburg geschrieben, wenn auch mit der Ausnahme von Konsumgenossenschaften. Die Gründe sind naheliegend: Man kann in einer modernen Gesellschaft nicht isoliert wirtschaften. Das beginnt damit, die notwendigen Werkzeuge, Immobilien und Rohstoffe einzukaufen. Und ohne einen festen, verlässlichen Kundenkreis – wie eben in den Konsumgenossenschaften – ist man zudem auf den Markt als Abnehmer der Produkte angewiesen. Genau vor diesen Problemen standen und stehen Genossenschaften immer wieder. Dennoch erfreuten sie sich insbesondere zur Zeit der Weimarer Republik großer Beliebtheit und Verbreitung. Das war dann in der Bundesrepublik anders, zumal in den 90er Jahren auch viele genossenschaftliche Betriebe aus der ehemaligen DDR in normale Privatunternehmen umgewandelt wurden.

    Damit kommen wir auch zu einem Kernthema des Buches. Theodor Adorno zitierend fragt Notz: Gibt es ein richtiges Leben im falschen? Macht es also Sinn, mit alternativen Praktiken schon im Hier und Jetzt anzufangen? Oder sind solche Versuche zwangsläufig zum Scheitern verurteilt? Die Autorin gibt darauf eine differenzierte Antwort. Ein Allheilmittel, eine alleinige Lösung auf die drängenden Probleme könne davon nicht erwartet werden, das bedeute eine Überforderung ihrer Möglichkeiten. Zugleich sind sie aber auch als „gelebte Gegengesellschaften“ mehr als nur kuschelige Nischen, sie sind erste Schritte hin zu einer besseren Welt. Daraus schöpfen die Akteure ihre Motivation und Berechtigung. Wie diese Einflussnahme konkret aussehen soll, bleibt jedoch weitgehend unklar. Die Vorbildfunktion allein, also gleichsam als Schaufenster in die Zukunft zu dienen, reicht sicher nicht aus. Schon allein deswegen nicht, weil ihre Wahrnehmung durch die Gesellschaft überaus begrenzt ist. Es bleibt also in absehbarer Zeit offen, ob diese Projekte mehr sein können als eben jene kleinen Nischen für Aussteiger.

    ... und Praxis

    Ergänzt werden die theoretischen Betrachtungen anhand konkreter Beispiele, etwa der Kommune Niederkaufungen nahe Kassel. Sie ist die größte ihrer Art in Deutschland und besteht schon seit über 20 Jahren. Niederkaufungen hat auch Impulse für die Gründung zahlreicher weiterer Projekte geliefert. Trotz – oder wegen - ihrer überschaubaren Größe von 75 Kommunarden erweist sie sich als stabile Gemeinschaft, in der Menschen ihre jeweiligen Fähigkeiten und Interessen in unterschiedlicher Form einbringen können. Sei es in den einzelnen Teilbetrieben, sei es durch gemeinschaftliche Erziehung und Pflege der Kinder und Alten. Grundlage dieser Kommune sind dabei eine alle Tätigkeiten gleichbehandelnde Organisation, konsensbasierte Selbstverwaltung und gemeinsames Eigentum. Darüber hinaus teilen die Mitglieder ein linkes Politikverständnis und sehen sich in der Pflicht, auch nach außen politisch aktiv zu werden. Ein zweites Beispiel ist die deutlich kleinere Kommune Finkhof.

    Insgesamt hätte man sich aber gewünscht, mehr über solche Kommunen zu erfahren. Denn gerade hier lässt sich am besten überprüfen, ob und wie die solidarischen Werte in die Praxis umgesetzt werden können, wo Probleme auftauchen und wie damit umgegangen wird. Das kommt doch ein wenig zu kurz, und vieles bleibt so zwangsläufig recht theoretisch, allgemein und vage. Dagegen verweist Notz durchgängig auf die spezifisch feministischen Aspekte. So gibt es dezidiert feministisch orientierte Projekte. Oder andere, die sich zum Ziel gesetzt haben, geschlechtsspezifische Diskriminierungen und Hierarchien abzubauen. Etwa dadurch, dass die verschiedenen Arbeiten ausgewogener verteilt, vor allem aber als gleichwertig behandelt werden. Dieser Fokus hat sicher seine Berechtigung, wirkt aber bisweilen etwas zu prominent und dadurch bemüht. Hier wäre weniger mehr gewesen.

    Eine Schwierigkeit des Themas besteht sicherlich auch darin, einzuschätzen, wie groß die Alternativökonomie hierzulande überhaupt ist. Das beginnt schon mit der Bestimmung, welche Betriebe und Projekte dazuzuzählen sind. Verwertbares statistisches Material existiert kaum, grobe Schätzungen nennen etwa für die 80er Jahre mehrere tausend Unternehmen mit 25.000 bis 450.000 Beschäftigten. Heute dürfte die Zahl wohl eher geringer sein. Das mangelnde Interesse des Staates an diesem Thema zeigt sich aber nicht nur daran, dass keine zuverlässige Erfassung der Projekte erfolgt. Es gibt auch wenig Unterstützung dafür, sei es durch einen dem spezifischen Bedarf angemessenen juristischen und steuerlichen Rahmen oder durch materielle Förderung. Für manche alternativen Gruppen sind auch Genossenschaften kaum geeignet. Denn sie sehen zum Beispiel vor, dass die Teilhaber bei einem Ausstieg ihr eingebrachtes Vermögen wieder entnehmen und so ganze Projekte finanziell ruinieren können. Steuerlich werden Kommunen überdies statt als Gemeinschaft in der Regel als Einzelpersonen erfasst. Und das bedeutet dann natürlich den Verlust von Privilegien, wie sie „traditionelle“ Familien genießen. In Frankreich, Italien oder Lateinamerika ist das jedoch anders, hier leistet die Politik durchaus Hilfestellungen.

    Kritik

    Trotz ihrer eindeutigen Sympathie spart Notz auch nicht mit Kritik. So weist sie darauf hin, dass auch alternative Projekte entgegen ihrem selbstformulierten Anspruch häufig hierarchische Strukturen aufweisen bzw. diese im Verlauf ihres Bestehens ausbilden. Viele Initiativen scheitern schon im Ansatz, weil einerseits die Erwartungen zu hoch sind, andererseits die notwendigen Kompetenzen, gerade im Miteinander der Akteure, oft erst mühsam erlernt werden müssen. Es bestehe auch immer die Gefahr der Selbstausbeutung, beispielsweise, indem die hohe Identifikation mit dem Betrieb zu übermässiger Arbeitsbelastung führen kann. Tauschringen und ähnlichen Einrichtungen steht sie skeptisch gegenüber, da diese an den grundlegenden Produktionsbedingungen und Marktbeziehungen nichts ändern würden. Daher seien sie eher Projekte einer „sozialromantischen Mittelschicht“ als eine wirkliche Alternative. Wichtig wäre zudem eine umfassendere Vernetzung der bestehenden und entstehenden Zusammenhänge, um so Erfahrungen und Fertigkeiten auszutauschen.

    Als Einstieg in das Thema ist das Buch allemal geeignet, auch wenn es bedingt durch die knappe Darstellung viele Fragen nur anreisst und keineswegs erschöpfend behandelt. Das ist aber auch gar nicht die Intention. Bedauerlich ist eher, dass sich die Autorin fast ausschließlich auf Deutschland beschränkt. Eine Darstellung insbesondere der breiten aktuellen Bewegung in Lateinamerika wäre ohne Zweifel sinnvoll gewesen.

    Gisela Notz: Theorien alternativen Wirtschaftens. Fenster in eine andere Welt
    (Schmetterling Verlag, Stuttgart 2011 - www.theorie.org )

    ISBN 3-89657-660-7, 200 Seiten

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    30/01/12

    La Belgique a connu à l’hiver 60-61 un grève générale causée en partie par une politique de rigueur dans un contexte de dette publique élevée, et de décolonisation du Congo Belge. L’industrialisation Belge a été l’une des plus précoce, et le taux d’emploi industriel est l’un des plus élevé d’Europe à cette période. Pourtant, l’industrie Wallonne (acier, mines, textiles,…) décline : défaut d’investissement, perte de débouchés, chômage élevé. En Flandres, à l’inverse, les capitaux affluent depuis la fin de la seconde guerre mondiale, de nouvelles industries se développent, et donnent un poids croissant à la région. La grève générale aura des conséquences politiques, et débouchera sur une demande d’autonomie plus grande de la Wallonnie.

    Cet article fait suite à la première partie qui a abordé deux expériences autogestionnaires, la société coopérative Les Textiles d’Ere, et La société coopérative L’Espérance.

     

    1975. La société coopérative «Le balai libéré»

    Au départ de l’aventure du Balai libéré, il y a la revendication de meilleures conditions de travail. Jusqu’en février 1975, la société de nettoyage ANIC effectuait en sous-traitance les travaux de nettoyage pour l’Université Catholique de Louvain sur le site de Louvain-La-Neuve (Ottignies). Un premier conflit éclate en novembre 1974. Les griefs des ouvrières sont nombreux. Elles sont payées 78 francs brut de l’heure alors que le tarif normal est de 102 francs. Les frais de déplacement ne sont pas remboursés et, lorsqu’elles cassent du matériel, elles encourent une amende. Elles ne bénéficient pas de vêtements de travail. Certaines travaillent pendant des mois sans être déclarées. Le patron interdit aux ouvrières de fréquenter les cafétérias de l’université ou d’adresser la parole aux «consommateurs». A cela s’ajoute, les brimades quotidiennes d’un brigadier particulièrement odieux, les traitant sans aucun respect.

    Suite à une restriction budgétaire de l’UCL, le directeur de la société décide d’envoyer, sans aucune concertation, une vingtaine de travailleuses sur un chantier à Recogne en Ardenne, à 150 km de là.

    Le 25 février 1975, les travailleuses se mettent en grève. Elles réfléchissent à l’utilité d’avoir un patron pour effectuer un travail qu’elles connaissent mieux que quiconque et après plusieurs jours de réflexion, adressent une lettre de licenciement à leur patron et à leur brigadier. «Réunies depuis une semaine dans des groupes de travail et en assemblée générale, les ouvrières de feu votre firme ont constaté ce qui suit : tout d’abord nous constatons après une étude approfondie de notre travail que nous pouvons parfaitement l’organiser entre nous. (…) Ensuite, nous découvrons que votre rôle principal a été de nous acheter notre force de travail à un prix négligeable pour la revendre à un prix d’or à l’UCL (…) Nous sommes au regret de vous signifier votre licenciement sur le champ pour motif grave contre vos ouvrières».8

    Le 10 mars 1975, elles constituent une asbl «Le Balai Libéré» avec l’appui actif de la CSC du Brabant wallon. L’Institut Cardijn leur prête 50 000 francs et elles obtiennent le contrat de nettoyage de l’UCL. En 1978, l’asbl connaît des moments difficiles : un budget sous-évalué, trop d’investissement dans les machines, dans les produits. Elles doivent adopter un plan de crise : pas d’augmentation salariale, le chômage tournant, un jour sur cinq.

    En juillet 1979, l’association se convertit en coopérative. La plupart des nettoyeuses et les 6 laveurs et laveuses de vitres prennent des parts dans la coopérative (3 000 francs). Des 35 personnes en 1975, elles sont 96 en 1980. Société de service, fonctionnant à partir d’un cahier de charge, l’investissement en machines et en produits est au départ réduit. Les travailleuses améliorent les conditions de travail : meilleure coordination, conception des horaires liés au transport en commun, aux contraintes de la vie, égalité dans les salaires et augmentation des salaires au barème du secteur, avantages sociaux (par exemple absence sans perte de salaire pour maladie d’un enfant).

    Ce qui diffère dans l’entreprise autogérée, c’est le climat de solidarité entre travailleurs, même si des difficultés tant externes qu’internes existent. Externes, comme le fait que l’université est un client difficile, qui joue parfois le patron ou comme le fait que beaucoup sur le site veulent jouer les petits chefs. Internes, comme, par exemple, que les laveurs de vitre se sentent parfois en minorité ou que ce sont souvent les mêmes ouvrières qui s’investissent dans le projet pour le mener à bien.

    L’auto organisation est à surveiller de près pour éviter que renaissent les chefs. La dispersion des équipes de travail sur le site pose un problème de communication et favorise les faux bruits. Parfois, la conscience professionnelle n’est pas au rendez-vous. La profession de nettoyeuse se situe en bas de l’échelle sociale et beaucoup le vivent avec un sentiment d’infériorité : «on ne choisit pas d’être nettoyeuse ». Paradoxalement, elles travaillent dans un milieu privilégié, des intellectuels, qui acceptent aussi difficilement de les considérer à égalité.

    Les travailleuses du Balai libéré vivent une révolution culturelle du rapport au travail avec le passage d’un système basée sur l’obéissance, une hiérarchie très forte, peu d’investissement personnel et exécution des ordres, vers un mode d’organisation et de décision, responsable et coopératif. L’autogestion ne supprime pas les conflits mais oblige à les gérer de manière à ce que tout le monde reste impliqué. Leur formation de base est faible. La majorité possède le niveau d’études primaires, certaines ont les moyennes professionnelles et quelques-unes ont obtenu leur diplôme de coiffure. Elles sont belges, italiennes, espagnoles, turques ou marocaines. Elles s’investissent dans la gestion de la coopérative, les budgets et les plans d’investissement ou dans l’animation. Certaines suivent des cours de secouriste. Elles prennent la parole, représentent l’entreprise dans des colloques, en Belgique et à l’étranger, devant les médias et accompagnent des étudiants dans leur mémoire.

    Le travail autogéré a des répercussions sur toute la vie, même en dehors de l’entreprise. Lutte de travailleuses, c’est aussi une lutte de femmes. Ouvrière en autogestion le jour, elles doivent assumer leur rôle traditionnel à la maison ! Toutes ne le vivent pas de la même façon et ne trouvent pas nécessairement le soutien pour faire cette petite révolution. L’une d’elles résumera très bien leur sentiment : «l’autogestion n’est pas de la tarte mais cela vaut le coup9. L’entreprise fonctionnera avec des hauts et des bas jusqu’en 1988.

     

    8 Lettre recommandée à Monsieur Ransonnet, Firme ANIC par les ouvrières de feu ANIC, 27 ouvrières et 3 permanents syndicaux. Cette lettre est publiée dans Cellule Mémoire populaire-Brabant Wallon, Réalités populaires en Brabant wallon. Documents relatifs à l’histoire des travailleurs de 1830 à 1980, Nivelles, 1982, tome 2, p.145-146.

    9 La cité, 7-8 avril 1979

     

    Association Autogestion
    30 janvier 2012
    http://www.autogestion.asso.fr

    Bibliographie :

    Pierre Ballieux, Des travailleurs vivent l’économie sociale. Textiles d’Ere : 15 années de fil à retordre !, Fondation André Oleffe, Textiles D’Ere S.C., Vie Ouvrière, 1990.

    Quel Look, mon Salik !, dans Les cahiers de La Fonderie, Revue d’histoire sociale et industrielle de la région bruxelloise, n°15, décembre 1993, pp.42-46.

    Fonds Archives de la s.c. Les sans emploi devenu la s.c. L’Espérance (ex Salik-Quaregnon), CARHOP, la Louvière, Inventaire, n°37.

    Fonds d’archives CSC Brabant wallon, dossier «Le Balai libéré», n°62.

    CSC, Dossier Compte-rendu de la session d’évaluation syndicale des entreprises en autoproduction,décembre 1979

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    26/01/12

    Para la transición del capitalismo al socialismo en Venezuela se propone el  Modelo de Gestión Múltiple Socialista para evitar lo que el autor denomina Modo de Producción Soviético, en el cual, a pesar de la eliminación de la propiedad privada de los medios de producción, se mantuvieron la alienación social, la división social jerarquizada del trabajo y por tanto la explotación del hombre por el hombre.  A través de Empresas de Propiedad Social Directa - de las comunidades populares - y de Empresas de Propiedad Social Indirecta - del Estado -  articuladas en cadenas y redes socio-productivas integrales de modo hegemónico y con participación de formas de propiedad privada, incluidas las cooperativas, se puede avanzar hacia el desarrollo humano integral sostenible
    1 - A Título de Introducción


    Con base en el análisis de la experiencia histórica de lo que denominamos el Modo de Producción Soviético - para diferenciarlo del Modo de Producción Socialista teóricamente formulado por Marx, Engels y Lenín -, se analiza la experiencia de Venezuela, su proceso de recuperación de la soberanía nacional en el gobierno del Presidente Chávez a partir de 1999  y el camino recorrido en la construcción de las bases materiales y culturales del socialismo a partir de su reelección en diciembre del año 2006, cuando el jefe del Estado declaró el socialismo como vía de desarrollo y objetivo estratégico a alcanzar.  
    Esta experiencia histórica es importante para aprovechar los aciertos y no repetir los errores,  en la construcción del socialismo en el siglo XXI. Con base en ella y teniendo en cuenta las características propias de la sociedad venezolana, el autor ha elaborado, con trabajadores y voceros de comunidades organizadas, una propuesta de Modelo de Gestión de la economía y las empresas, llamado Modelo de Gestión Múltiple Socialista, cuyas principales características se presentan en el presente artículo.
    Como veremos adelante, esta propuesta solo se puede desarrollar sobre la base de la propiedad social de los medios de producción fundamentales, encarnada jurídica y socialmente en Empresas de Propiedad Social, tanto directa (de las comunidades), como indirecta (del Estado), articuladas en cadenas y redes socio-productivas con orientación socialista que pueden incluir diversas formas de propiedad: pequeña y mediana propiedad privada y cooperativas, con las cuales es posible satisfacer de manera eficiente y sustentable las necesidades sociales materiales y culturales de la población con el fin de lograr para ella la mayor suma de seguridad, estabilidad y felicidad posible. 
    Y al mismo tiempo la propuesta pretende superar de manera progresiva las principales bases de la explotación y la reproducción metabólica social del capital: la división social y la estructura jerarquizada del trabajo, la alienación social, la propiedad privada de los medios de producción.
     
    2 - El Modo de Producción Soviético en la Unión Soviética y Europa Oriental

    El socialismo, teóricamente diseñado por los fundadores del socialismo científico, no existió en la Unión Soviética, ni en las democracias populares de Europa oriental. De él sólo lograron consolidarse algunos rasgos, pero no los esenciales. Se mantuvo la explotación del hombre por el hombre. La burocracia se transformó en nueva clase social dominante y explotadora, que asumió el control sobre la totalidad de los medios de producción y que, por medio de privilegios asignados por niveles jerárquicos, se apropiaba de parte del plusproducto generado por todos los trabajadores.
    El intento de construir el socialismo en las condiciones de atraso económico y cultural de la Rusia zarista arrojó como resultado el modo de producción soviético superior al sistema socio-económico de la Rusia zarista y al capitalismo dependiente y deformado por rezagos semifeudales de América Latina, Asia y África, pero no superior al capitalismo industrializado en términos de crecimiento económico.
    El capitalismo mundial terminó por derrotar a la Unión Soviética debido en primer lugar a sus contradicciones internas, a la menor productividad del trabajo, al estancamiento en el desarrollo de sus fuerzas productivas y también al desgaste a que la sometieron los países imperialistas mediante la carrera armamentista. Pero el socialismo como modo de producción superior al capitalista sigue siendo una opción válida para los trabajadores del mundo. Es la respuesta viable y necesaria al proceso de globalización y monopolización de los mercados y de la producción, que ha envilecido dramáticamente la vida de los pueblos al incrementar la explotación de los trabajadores y acelerar el proceso de saqueo de los recursos naturales, de expropiación de los medios de producción y de subsistencia.

    3 - Una Alternativa al Modelo Soviético – Primeras Consideraciones Sobre el Caso Venezolano   

    En los nuevos intentos de construir el socialismo - en primer lugar en Venezuela, donde, en medio de muchas dificultades y contradicciones, existen las mejores oportunidades para ello -  se deben aprovechar los aciertos en las luchas de los pueblos del planeta y evitar los errores y desviaciones que generaron el modo de producción soviético.
    Para eliminar la explotación del hombre por el hombre no es suficiente eliminar la propiedad privada sobre los medios de producción. Estatización no es igual a socialización. El poder de los administradores del Estado, sin el suficiente control por parte de los trabajadores y de las organizaciones sociales, y sin su participación directa en las decisiones fundamentales, genera inevitablemente burocratismo, corrupción y explotación.
      En un país dependiente y con rezagos precapitalistas, con predominio de los pequeños productores y de mentalidad pequeño burguesa, no es posible pasar directamente al socialismo.  Se requiere un período de transición, que será más o menos largo, según el nivel de conciencia social y de organización de los trabajadores y la población.
      Uno de los instrumentos para realizar esa transición es el denominado por Lenín como “capitalismo de Estado”, que según él, en diversas modalidades - bajo el control del poder político de los trabajadores y las comunidades organizadas, como condición indispensable - permitiría inducir el desarrollo de las fuerzas productivas capitalistas hacia el socialismo, mediante la regulación del mercado y el control de las ramas claves de la economía.
    Una parte importante de la producción no va al mercado sino a destinatarios predeterminados: niños en los liceos, enfermos en hospitales, etc.; pero también, es necesario mantener el mercado y cierto nivel de competencia, regulados por el Estado con criterios humanistas como también estímulos económicos y sociales, materiales y espirituales bien balanceados para que el objetivo de la producción no sea la obtención de la máxima ganancia, sino el desarrollo humano integral y la satisfacción de las necesidades de la población.
    Una competencia sana, entre Empresas de Propiedad Social (EPS) - del Estado y de las comunidades - es posible. Permitiría que la ley del valor funcione de manera planificada y que la sociedad, en parte y hasta cierto punto, a través de la demanda en el mercado, determine qué empresas y qué productos considera realmente necesarios, al tener en cuenta precios y calidades de acuerdo con su cultura y capacidad adquisitiva. De esa manera, el mercado regulado contribuiría a estimular la productividad del trabajo y a producir las cantidades y calidades necesarias y adecuadas de los productos.
    Los medios de comunicación y la propaganda (convertidos en instrumentos de difusión de información para apoyar el desarrollo humano y la conciencia socialista) deben servir a estos propósitos y no al incremento de la ganancia y al consumismo irracional. Estos deben ser diversificados en su propiedad y controlados por el Estado, conjuntamente con las organizaciones sociales y los trabajadores.
    La propiedad de los medios de producción y el control de la producción y sus resultados deben ser realmente socializados por medio de una justa participación del Estado, los trabajadores o colectivos laborales y los usuarios. Se puede combinar mediante Empresas Mixtas: la propiedad estatal con la cooperativa y la privada de pequeños, e incluso en algunos casos, grandes empresarios, con nuevas formas de propiedad y producción como son las Empresas de Propiedad Social (EPS), cuyos propietarios son las comunidades organizadas en Consejos Comunales, que están surgiendo en los últimos años con el apoyo del Gobierno en la República Bolivariana de Venezuela y que, por supuesto, requieren de muchas mejoras en un perfeccionamiento continuo. La condición esencial es que siempre la propiedad social sea hegemónica sobre la propiedad privada, para que sus decisiones sean tomadas en función de los intereses sociales y no de la ganancia y acumulación de capital.
    El aporte en trabajo material e intelectual en todas sus formas, como fuente de la riqueza social y medio de realización del ser humano, matizado con criterios de igualdad compleja, equidad, solidaridad y justicia social, debe ser un derecho fundamental garantizado por el Estado y debe ser el principal criterio para la participación de la población en los bienes, servicios y conocimientos, y en el valor creado en la producción. 
    Por tanto, para que la propiedad sea legítima y reconocida socialmente debe ser resultante del trabajo.
    Los tipos de propiedad sobre los medios de producción, sus diferentes combinaciones y la participación de los trabajadores y de las comunidades en las mismas dependerán necesariamente de varios factores: de la magnitud y procedencia de los capitales, de la complejidad de las tecnologías, de la productividad del trabajo y las necesidades de los trabajadores y sus familias, así como de la procedencia de las materias primas y de la incidencia del producto específico en los grupos humanos y en la sociedad.
    ¿Qué decir del caso de una empresa como PDVSA (Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima)?  Ella explota el petróleo y el gas, productos del subsuelo, que por tanto pertenecen a toda la nación.  Su extracción y su refinamiento requieren enormes capitales por el tipo de tecnologías utilizadas, las cuales sólo pueden ser aportadas por el Estado o por compañías transnacionales.  Esas tecnologías, al realizar los procesos de extracción, afectan de manera directa al medio ambiente y a la población de determinados  municipios.  Ellas generan productos de importancia estratégica para toda la sociedad, como es el combustible.  Eso afecta a todas las empresas y personas e incide en el precio de todos los productos.  Tal empresa no puede ser propiedad solamente de los trabajadores petroleros, que en Venezuela son menos de 40 mil sobre una población total de 28 millones de habitantes.
    Reiteramos: necesariamente debe participar el Estado en representación del conjunto de la nación porque a ella pertenece el petróleo, porque a toda ella afecta la producción y porque el Estado tiene que aportar los enormes recursos de capital necesarios. Debe participar el municipio donde se realiza la extracción del crudo para ejercer un control sobre el impacto ambiental y para obtener las regalías que permiten beneficiar a esa población específica. Deben participar los trabajadores directos de la empresa, porque con su trabajo se extrae el petróleo y se aporta valor agregado. Y deben participar los usuarios, representados por las comunidades organizadas (Consejos Comunales y Comunas, como formas concretas del Poder Popular u otras que sean legítimas), organizaciones de consumidores, las industrias, los transportadores, porque la calidad, el precio y el suministro del combustible los afectan de manera directa.
    Se trata de que existan un equilibrio y un control mutuo entre los diferentes sectores sociales e intereses involucrados en los procesos económicos, para que ninguno de ellos, de manera individual, pueda ejercer un poder hegemónico que afecte negativamente a los demás. Por el contrario, se pretende que los diferentes sectores, mediante su participación en la propiedad, tomen de manera concertada decisiones que beneficien equitativamente a toda la sociedad y se controlen mutuamente para impedir  el burocratismo o reducirlo al mínimo posible; e impedir la corrupción, así como la concentración del poder y la riqueza.
    Pero una pequeña empresa de confecciones, de ropa, zapatos, muebles, de las cuales existen miles, puede ser de total propiedad de los trabajadores organizados en cooperativas, porque los capitales requeridos pueden ser aportados por ellos de sus ahorros, y/o mediante préstamos otorgados por el Estado. En algunas circunstancias, cuando el Estado no cuenta con dinero, puede dar estos préstamos usando como fuente  emisiones de dinero-capital, que no son inflacionarias cuando van a la producción porque un aumento del dinero circulante es compensado con un aumento proporcional de las mercancías; y porque los precios y calidad de los productos sí pueden en estos casos ser regulados por la competencia en un mercado con fuerte participación y control del Estado.  Las materias primas son compradas a otras empresas y, por supuesto, deben pagar unos impuestos al Estado y cumplir con unas normas legales, ambientales, etc.
    Otra forma de propiedad, que creemos adecuada para empresas cuya influencia abarca la población de localidades específicas con sus ecosistemas, puede ser lo que llamamos Empresas de Propiedad Social (EPS) comunales, o empresas comunitarias socialistas, que pertenecen legalmente a un grupo poblacional organizado por su lugar de vivienda: un consejo comunal, o un conjunto de ellos que se asocian para avanzar hacia la creación de una economía comunal y a la constitución de una comuna socialista [1]. En esta modalidad se podría incluir una unidad de producción agrícola, un matadero industrial con su frigorífico, o en general una agroindustria de tamaño pequeño o mediano, pues la materia prima es producida en su radio de acción y sus productos se distribuyen entre la población de la localidad con participación y control de las comunidades cercanas.
    El modelo soviético se basó en la propiedad estatal de los medios de producción, que inicialmente fueron controlados por los obreros. Pero después llegaron a ser totalmente controlados por la burocracia mientras con el paso del tiempo la participación democrática del pueblo y los trabajadores en la toma de las decisiones fundamentales de la sociedad fue reducida a su mínima expresión; en cuanto a la base material, los productores de la riqueza social fueron marginados del control real de la economía. Estas fueron las causas fundamentales de los fenómenos de ineficiencia económica, corrupción, existencia de privilegios para las elites, y desarrollo de procesos de alienación y explotación, que determinaron su incapacidad de subsistir como sistema socioeconómico y como Estado.
    Por esto es que las dos formas de propiedad social, encarnadas en Empresas de Propiedad Social (EPS), tanto del Estado (la propiedad social indirecta) como de las comunidades (propiedad social directa), deben ser gestionadas con valores y criterios socialistas y combinarse entre ellas y con otras formas de propiedad: cooperativa, personal, familiar, de mediana y pequeña propiedad privadas, para conformar eficientes cadenas y redes socioproductivas [2] con hegemonía de la propiedad social, gestionadas por Consejos de Gestión Múltiple Socialista, en los cuales tienen participación los voceros de los diversos grupos sociales para tomar las mejores decisiones en beneficio de toda la sociedad y para lograr su mayor seguridad, estabilidad y felicidad.

    4 - La Lucha por Construir el Socialismo en Venezuela y su Evaluación por los Trabajadores
    4.1 - Los diversos tipos de propiedad

    La experimentación de diferentes formas y tipos de propiedad y de gestión realizadas desde el año 1999 en adelante, ha sido evaluada en tres seminarios nacionales y muchos regionales, realizados durante los años 2007 y 2008 con participación de trabajadores de industrias, del Estado, consejos comunales, comunidades organizadas, escuelas de formación socialista y estudiantes universitarios.
    Con el análisis de diversas experiencias internacionales conocidas, entre ellas la de la Unión Soviética, se han producido importantes recomendaciones, así como una propuesta de modelo de gestión para el socialismo del siglo XXI en Venezuela, denominado modelo de gestión múltiple socialista.
    Para prevenir que el proceso actual de la Revolución Bolivariana pueda derivarse hacia  una forma de capitalismo de Estado (empresas del Estado con gestión capitalista, al servicio de la reproducción del sistema capitalista, de la obtención de ganancias y de la acumulación de capital por parte de los capitalistas privados), sin control de los trabajadores y del pueblo; o que se repita la experiencia soviética con algunas variantes, en el III Seminario Nacional sobre Formación y Gestión Socialista, realizado con participación de más de 40 organizaciones en el mes de abril de 2008 en Valencia, estado Carabobo, se produjo la siguiente declaración en torno a la ambivalencia de la propiedad estatal:
    Los tipos de propiedad por sí solos no siempre determinan los objetivos y propósitos para los que pueden servir. En el caso de la propiedad estatal, ésta puede servir para liberar al ser humano y construir relaciones socialistas, o para esclavizarlo o someterlo a diversas formas de alienación y explotación, como ocurrió en los antiguos imperios egipcio en África y azteca en México, así como en la extinta Unión Soviética, para dar sólo tres ejemplos.
    Por estar subordinada a los intereses de clase que representa el bloque de poder dominante en la sociedad y en el Estado (que toma las decisiones macroeconómicas fundamentales), la propiedad estatal puede servir para propósitos diferentes, incluso contrarios.
    Ello está determinado por el modelo de gestión que, si es ejercido por una clase dominante explotadora, necesariamente sirve para reproducir la alienación del trabajo, los trabajadores y los pueblos, y para perpetuar las condiciones que hacen posible la dominación y explotación de unos hombres por otros: la propiedad privada sobre los medios de producción fundamentales y la división social del trabajo, en la que unos piensan, planifican y ordenan; y otros obedecen y trabajan operativamente.
    Es indispensable tener en cuenta que en la distribución de los excedentes se produce una redistribución del valor creado mediante el trabajo social. Quienes toman las decisiones sobre esta distribución (incluida la burocracia estatal), siempre, de manera consciente o inconsciente, tratan de hacer prevalecer sus intereses como grupo, lo que necesariamente afecta a toda la sociedad.

     
    4.2 - Cogestión [3] y Propiedad Privada

    En el mismo Seminario, se concluyó lo siguiente sobre la cogestión y la propiedad privada:
    La cogestión hasta ahora aplicada en la República Bolivariana de Venezuela, impulsada probablemente con la intención de avanzar hacia una sociedad de inclusión social y bienestar, ha respondido más a una concepción reformista dentro del capitalismo, que a una concepción verdaderamente socialista.
    En el capitalismo, el derecho a participar en la toma de decisiones (gestión), está determinado por la propiedad sobre los medios de producción —capital—, que se expresa en la propiedad de “acciones” de las empresas. Estas se poseen en forma individual o colectiva. En este caso, en sociedades limitadas, anónimas o en cooperativas. De acuerdo con el derecho burgués (capitalista) lo fundamental para participar con determinada cantidad de votos en la toma de decisiones no es si el accionista participa o no en los procesos productivos, sino la cantidad de acciones que posee. Esto es lo que otorga el “derecho” a emitir una determinada cantidad de votos en la asamblea de accionistas y en las juntas directivas.
    Puede ser el caso de muchos trabajadores organizados en cooperativas y de capitalistas, en las empresas recuperadas con recursos del Estado.
    Así se reconoce, incorrectamente, que es la propiedad sobre los medios de producción —el capital— el que genera derecho a participar en la toma de decisiones. Mientras que en la concepción socialista, es el trabajo en cualquiera de sus formas: material o intelectual, simple o complejo —reconocido como fuente de la riqueza social— el que otorga el derecho a participar en la gestión de las empresas.
    A pesar de las buenas intenciones, el otorgar créditos del Estado a trabajadores para que obtengan acciones de las empresas, con el propósito de que puedan participar en su gestión, ha generado en ellos confusión ideológica y muchas frustraciones.
    Con la preeminencia de la mentalidad individualista y egoísta generada en nuestra sociedad por 500 años de alienación colonialista y capitalista, en general, los trabajadores, al ser propietarios de acciones, tienden a sentirse más como “empresarios” privados que como trabajadores o proletarios, porque su nueva condición de propietarios privados de una parte del capital de las empresas los separa objetivamente del resto del pueblo.
    Se produce en los trabajadores un desclasamiento, una sociopatía, una pérdida de identidad, una esquizofrenia. Si las acciones son propiedad privada de algunos trabajadores y/o de capitalistas, no pueden ser, a su vez, propiedad de otros trabajadores, ni de las comunidades, ni de todo el pueblo. Y, en consecuencia, tampoco lo pueden ser los excedentes que se generan en el proceso productivo, ya que éstos deben ser apropiados por los dueños de las acciones. Es decir, con la propiedad de las acciones, los trabajadores terminan de manera objetiva convertidos en nuevos capitalistas.
    La experiencia histórica sobre autogestión [tal cual ocurrió en la antigua Yugoslavia] no arroja un balance positivo. Su aplicación en la desaparecida República Federativa de Yugoslavia significó: alienación de los trabajadores, anarquía capitalista, competencia entre trabajadores de unas empresas y otras. Y en últimas, terminó por reproducir de nuevo el capitalismo. [4] 
    Por eso, la presente propuesta… invita a la sociedad venezolana a experimentar un nuevo paradigma: la gestión múltiple socialista, cuyas características se explican más adelante.  

    4.3 - La gestión socialista de la economía, las empresas y las fábricas  

      Siguiendo con el Tercer Seminario Nacional sobre Formación y Gestión Socialista, celebrado en Valencia, al respecto de la gestión socialista se concluyó:
    Es indispensable que en la gestión socialista de la economía y de las fábricas, especialmente en las de propiedad estatal, participen, además de los voceros(as) del Estado, los consejos de trabajadores (as), los consejos comunales y los productores (as) de materias primas, con el propósito de crear un equilibrio y un control mutuo entre los diferentes grupos de intereses de la sociedad, pues éstos son con frecuencia, contradictorios y a la vez complementarios, para que, entre todos ellos, tomen, de manera conjunta, las mejores decisiones que permitan satisfacer sus necesidades y su desarrollo integral sustentable, subordinados a los intereses estratégicos de la nación y la humanidad.
    Esto permitirá  también crear mecanismos para controlar, disminuir y contrarrestar al máximo posible, el burocratismo y la corrupción.
    Así  pues, la gestión socialista de la economía, las empresas y fábricas en el socialismo del siglo XXI debe realizarse de manera conjunta y con participación equitativa —insistimos en ello porque es indispensable para crear una nueva sinergia socialista— por los voceros (as) de los consejos de trabajadores (as), los de los consejos comunales, los del Gobierno Nacional y en los casos en que sea posible, los productores de materias primas fundamentales (entre ellos, campesinos, pescadores, mineros y otros pequeños productores.
    Este tipo de gestión, realizada mediante una comisión de dirección (gestión) múltiple de las unidades de producción, que toma las decisiones estratégicas, debe ser incorporada en la Constitución  Nacional de la República Bolivariana de Venezuela, para que sea implementada de manera obligatoria, por y en, los organismos del Estado, especialmente en aquellos que toman decisiones sobre la economía, tales como son la Comisión Central de Planificación y los ministerios del poder popular relacionados con ella.
    También, en las empresas creadas y financiadas con recursos del Estado, que pueden ser de propiedad social directa o indirecta, o de propiedad mixta; y en las cadenas socialistas de producción, distribución e intercambio —que éstas integran e influyen—, en las que participan también otras unidades económicas de diferente naturaleza y tipos de propiedad, incluida la capitalista, que podrá existir en condiciones limitadas para cumplir una función social subordinada a los intereses estratégicos del proyecto revolucionario.
    La gestión socialista podrá realizarse a través de los Consejos de Dirección Múltiple Socialista de las empresas o fábricas y de las cadenas de producción, distribución e intercambio, cuyos integrantes serán elegidos o designados: en el caso del Gobierno, según las leyes y su correspondiente reglamentación, y en los otros casos, mediante asambleas generales.

    4.3.1 - Cooperativas y propiedad privada

    También es necesario tener en cuenta lo que hasta ahora ha ocurrido en Venezuela con los intentos de construcción de una economía popular con base en las 148 mil cooperativas, que, al igual que las empresas cogestionadas o de autogestión, han sido creadas o financiadas con recursos del Estado entre los años 1999 y 2008, según cifras presentadas por el Ministerio para la Economía Comunal (MINEC) y la Superintendencia Nacional de Cooperativas (SUNACOOP) en el evento “Análisis comparativo del Desarrollo de la Propiedad Social en Venezuela”, realizado en el Centro Internacional Miranda (CIM), en Agosto de 2008.[5] 
     Su inmensa mayoría, al no actuar como parte de un sistema integral de economía popular de tipo socialista, sino como empresas aisladas, han pasado a ser, de una manera u otra, parte integrante del sistema capitalista. En su inmensa mayoría, las cooperativas se han convertido en formas de propiedad privada colectiva, que no socializan sus excedentes y no permiten la participación de nuevos trabajadores ni tienen en cuenta los intereses de las comunidades ni la sociedad.
    Pero además, todas estas empresas son convertidas en eslabones de las cadenas productivas y de servicios que son explotadas por los monopolios a través del control de las empresas claves o estructurantes de las cadenas productivas, tales como las dedicadas a la producción o venta de equipos, maquinarias, insumos, materias primas, procesamiento industrial y canales de distribución y comercialización, así como del control de los precios que establecen de manera monopolística.
    De esta manera, los monopolios explotan a las cooperativas y otras empresas de la “economía popular”, que les transfieren rápidamente los recursos recibidos del Estado, hasta llegar a su ruina total o hasta quedar subordinadas a la economía capitalista como eslabones productores de plusvalía para los grandes capitalistas, algunos formados como tales durante el período de la Revolución Bolivariana.
    4.3.2 - Las Empresas de Propiedad Social (EPS)
    Es posible que, si no se tiene la claridad y conciencia social suficiente y no se elabora y aplica una estrategia para superar esta situación, otro tanto ocurrirá con los importantes recursos que recibirán los consejos comunales para el desarrollo de los proyectos comunitarios.  Y lo mismo ocurrirá con los recursos que reciban de los bancos comunales durante los próximos años para realizar muchos de los trabajos aprobados por el Poder Popular en construcción si estos son ejecutados a través de cooperativas, que son una de las formas de propiedad privada, aunque esta sea colectiva.
    Los proyectos comunitarios deben ser ejecutados por Empresas de Propiedad Social (EPS) directa de toda la comunidad, formadas en lo fundamental con trabajadores de los mismos barrios.
    La política del Estado debe orientarse a la construcción planificada y progresiva de sistemas integrales que abarquen: el financiamiento y auto-financiamiento, la producción de maquinaria y equipos, materias primas, insumos, procesamiento industrial, distribución y comercialización hasta llegar a los consumidores finales, para fomentar relaciones socialistas de equidad y cooperación entre los diversos sectores participantes en los procesos económicos. Siempre hay que haber la participación de los trabajadores, el Estado y los destinatarios de la producción y los servicios - es decir, los consumidores, el pueblo a través de los consejos comunales y las comunas socialistas (el poder popular) - en la propiedad y en las decisiones estratégicas de la red socio-productiva y en las empresas claves estructurantes de la misma.
    Esto permitirá que el Poder Popular en sus diversas formas de organización - consejos de trabajadores, consejos comunales, consejos de productores de materias primas -  participe en la planificación de la economía y pueda determinar conjuntamente con el Estado a escala nacional, regional o local, según sea el caso, qué se debe producir, en qué cantidades y calidades, a qué precios vender, etc., y cuál debe ser la distribución adecuada de los ingresos de la empresa: qué parte será para ampliar y mejorar la producción, qué parte corresponde a los trabajadores, qué parte para mejorar la vida de las comunidades y, en general, cómo se distribuirán los excedentes.
    Insistimos: se trata de construir desde lo local y lo regional las bases para que pueda existir equilibrio y control mutuo entre los diferentes sectores sociales e intereses (sanos y no parasitarios) involucrados en los procesos económicos, para que ninguno pueda ejercer un poder hegemónico que afecte negativamente a los demás, teniendo en cuenta que existen objetivamente intereses que son complementarios y al mismo tiempo contradictorios, como pueden ser entre productores y consumidores: porque los productores pueden estar interesados en obtener mayores ingresos, mientras los consumidores tienen centrado su interés en la buena calidad, cantidades suficientes, precios justos de los productos, etc.
    Con la economía de propiedad social y gestión socialista múltiple que proponemos, por el contrario: se pretende que los diferentes sectores complementarios, mediante su participación realmente democrática en el trabajo y la propiedad, tomen de manera concertada, decisiones que beneficien equitativamente a toda la sociedad y se controlen mutuamente, para contrarrestar los mecanismos que generan incesantemente  burocratismo, corrupción y concentración del poder y la riqueza
    Para lograr este propósito es necesario desarrollar la conciencia socialista, la adecuada capacitación técnico-productiva, la organización y la acción de trabajadores y comunidades, y su articulación eficiente con los diferentes ministerios, instituciones y organizaciones sociales concertados en la creación de espacios de reflexión, estudio, investigación y planificación de la construcción de la economía y la cultura socialista, que permitan el diseño conjunto de los sistemas integrales y su ejecución práctica.
    Esto permitirá avanzar en la creación de las mejores condiciones económicas, sociales, políticas y culturales para convertir en realidad el gran anhelo de El Libertador Simón Bolívar: la mayor suma de seguridad, estabilidad y felicidad posibles para toda la población.


    Rafael Enciso Patiño, rafaenciso2055@yahoo.es, economista investigador, reside en Venezuela desde el año 2006, donde ha trabajado como Asesor en el Ministerio de Economía Popular (MINEP), en la Corporación de Industrias Intermedias de Venezuela (CORPIVENSA), donde se desarrolla el Proyecto 200 Fábricas Socialistas; y en el Ministerio de Planificación y Desarrollo.  Egresado de la Universidad Autónoma de Colombia (1980), estudió la sociedad soviética desde el Instituto de Ciencias Sociales en Moscú en 1985-87.

    NOTAS
    1. Economía comunal: es el conjunto de relaciones sociales de producción, distribución,  y consumo de bienes, servicios y saberes, desarrolladas por las comunidades bajo formas de propiedad social directa al servicio de sus necesidades de manera sustentable, de acuerdo con lo establecido en el Sistema Centralizado de Planificación y en el Plan de Desarrollo Económico y Social de la Nación (República Bolivariana de Venezuela, Ley Orgánica de los Consejos Comunales, 26 de noviembre de 2009).
    En términos muy sucintos diremos que cada consejo comunal se crea en una vecindad que en las áreas urbanas incluye 200 familias, en las rurales 20 y en las áreas indígenas 10.  El consejo comunal elige sus vocer@s en asamblea general.  La legislación establece una unidad financiera para cada consejo.  Las cuestiones tratadas por un consejo pueden ser muy variadas incluyendo por ejemplo comités de tierras, comités de salud, mesas técnicas de agua, economía comunal, grupos culturales, clubes deportivos, puntos de encuentro y organizaciones de mujeres, sindicatos y de trabajadores y trabajadoras, organizaciones juveniles o estudiantiles, asociaciones civiles, cooperativas – todo de acuerdo con los deseos y espíritu de organización de sus miembros.  En el aspecto político, la comuna es una forma de autogobierno local de la población, que incluye varios consejos comunales y otras organizaciones sociales, para tomar decisiones en un ámbito territorial, siempre bajo las leyes y la constitución de la República.  

    2. Red socioproductiva: es la articulación e integración de los procesos productivos de las organizaciones socioproductivas comunitarias, para el intercambio de saberes, bienes y servicios, basado en los principios de cooperación y solidaridad; sus actividades se desarrollan mediante nuevas relaciones de producción, distribución, cambio y consumo sustentables que contribuyen al fortalecimiento del Poder Popular (Ley Orgánica de los Consejos Comunales de 26.11.2009).

    3. En general se entiende cogestión como la gestión minoritaria (y hasta propiedad de algunas acciones) por los trabajadores de una empresa capitalista.  En Venezuela en cambio se usa como una gestión de trabajadores en empresas de capital mayoritariamente estatal.

    4. Véase Lebowitz, Michael, 2006: 73-84.

    5. Véase Alvarez, Víctor, 2009:256.


    BIBLIOGRAFÍA

    ALVAREZ, Víctor, Venezuela:¿Hacia dónde va el modelo productivo?, Centro Internacional Miranda (CIM), Caracas, 2009.

    ENCISO, Rafael, La Gestión Socialista de la Economía y las Empresas, Propuesta de trabajadores(as) al pueblo y gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, Ministerio del Poder Popular para el Trabajo y la Seguridad Social,  Caracas, 2009.

    ENCISO, Rafael, El Modo de Producción Soviético y el Socialismo del Siglo XXI en Venezuela, Caracas, de próxima edición por el Ministerio del Poder Popular para la  Información y Comunicación (MINCI), Caracas, diciembre de 2009. 

    LEBOWITZ, Michael, Build it now – Socialism for the twenty-first century, Monthly Review Press, Nueva York, 2006.

    REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA, Ley Orgánica de los Consejos Comunales, 26 de noviembre de 2009 (también disponible en la Internet).

    REVISTA POLIÉTICA, No. 5, año 1, Formación y Gestión Socialista, Conclusiones del III Seminario nacional sobre formación y gestión socialista, Páginas 40-48, Caracas, 2009.

    III Seminario Nacional sobre Formación y Gestión Socialista, Valencia, Venezuela, abril de 2008.  Ministerio del Poder Popular para el Trabajo y la Seguridad Social, Caracas 2008.

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    Febrero 2012

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    26/01/12
    For a transition from capitalism to socialism, the multiple socialist administration model is proposed, to avoid the Soviet mode of production, in which there persisted alienation and exploitation.

    For a transition from capitalism to socialism the multiple  socialist administration model is proposed in order to avoid what the author calls the Soviet mode of production, in which, despite the elimination of the private property of the means of production, there still persisted social alienation, a hierarchical social division of labor and thus the exploitation of man by man.  Through Direct Social Property Enterprises (the property of popular communities) and Indirect Social Property Enterprises (state property) articulated in hegemonic integral socio-productive chains and networks and with the participation of forms of private property, including cooperatives, it is possible to advance toward integral sustainable human development.
    1 – By Way of Introduction

    Based on the analysis of the historic experience of what we call the Soviet mode of production – to differentiate it from the socialist mode of production theoretically formulated by Marx, Engels, and Lenin – we here analyze the experience of Venezuela, its process of recuperation of national sovereignty during the government of President Chávez since 1999 and the road traversed with the construction of the material and cultural bases of socialism since his reelection in December 2006 when the chief of state declared socialism is the way of development and the strategic objective to be obtained.
    This historic experience is important for profiting from the right accomplishments and avoiding the mistakes made regarding the construction of socialism in the twenty-first century.  Based on that and bearing in mind the characteristics of Venezuelan society, we have elaborated, inspired by workers and spokespersons of organized communities, a proposal for an economic and enterprise administration model called  Multiple Socialist Administration Model whose principal characteristic are introduced in this article.
    As we shall see, this proposal can be developed only on the basis of the social property of the fundamental means of production juridically and socially incarnated in Social Property Enterprises, which property is both direct  (belonging to the communities) and indirect (belonging to the state), articulated in socio-productive chains and networks with socialist orientation which can include diverse forms of property: small and middle sized private property and cooperatives with which it is possible to efficiently and sustainably satisfy the social, material, and cultural needs of the population having as the goal the greatest degree of security, stability and felicity possible.
    And at the same time the proposal is intended to progressively overcome the main bases of the exploitation and social metabolic reproduction of capital: the hierarchic social division and structure of labor, social alienation, and the private property of the means of production.

    2 – The Soviet Mode of Production in the Soviet Union and Eastern Europe

    Socialism as theoretically designed by the founders of scientific socialism did not exist in the Soviet Union nor in the people’s democracies in eastern Europe.  There only a few non-essential characteristic were consolidated.  The exploitation of man by man was maintained.  The bureaucracy was transformed into a new ruling and exploiting social class which took over the control of all the means of production and which, through privileges consecrated by hierarchic levels, appropriated the surplus product generated by all the workers.
    The intention to construct socialism in conditions of the economic and cultural backwardness of Tsarist Russia as a result established the Soviet mode of production as superior to the socio-economic system of Tsarist Russia and to the dependent and deformed capitalism of semi-feudal characteristics in Latin America, Asia, and Africa, but not superior to industrialized capitalism in terms of economic growth. 
    World capitalism eventually defeated the Soviet Union thanks in the first place to its internal contradictions, its lesser productivity, the stoppage of the development of the productive forces  and also to the wear and tear to which the imperialist countries submitted it during the arms race.  But socialism as a mode of production superior to capitalism is still a valid option for the workers of the world.  It is the viable and necessary answer to the process of globalization and the monopolization of the markets and production which has dramatically impoverished the life of the peoples by increasing the exploitation of the workers and accelerating the process of the sack of natural resources, of the exploitation of the means of production and subsistence.


    3 – An Alterative to the Soviet Model – First Considerations on the Venezuelan Case

    With the new intentions of constructing socialism – in the first place in Venezuela where amid many difficulties and contradictions there are the best opportunities for it – certain successes of the struggles of the peoples of the planet should be profited from and the mistakes and deviation which brought forth the Soviet mode of production should be avoided.
    To avoid the exploitation of man by man it is not enough to eliminate the right of private property over the means of production.  Statization (nationalization) is not the same as socialization,  the power of the administrators of the state without enough control by the workers and social organizations and without their direct participation in the fundamental decisions generates inevitably bureraucratism, corruption, and exploitation. 
    In a dependent country with signs of pre-capitalist backwardness, where small producers with a petit bourgeois mentality are prevalent, it isn’t possible to jump straight to socialism.  A transition period is required, one which will be rather long depending on the level of social consciousness and the organization of the workers and the population.
    One of the instruments for materializing that transition is denominated by Lenin as “state capitalism”, which according to him in different modalities - under the control of the political power of the workers and organized communities as an indispensable condition – will be an inducement to the development of the productive forces of capitalism toward socialism through regulation of the market and the control of the key fields of the economy. 
    An important part of the product doesn’t go to the market but rather to predetermined consumers: children at school, the sick in hospitals, etc.; but it is also necessary to have the market and a certain level of competition regulated by the state with humanistic criteria as well economic and social, material and spiritual criteria that are well balanced so that the objective of production is not the obtaining of the maximum profit but rather integral human development and the satisfaction of the needs of the population.
    A healthy competition between enterprises of social property (ESP) of the state and the communities is possible.  It would allow the law of value to work in a planned way and allow society through market demand  partly and up to a point to determine which  products it considers really necessary.  It would bear in mind prices and qualities in accordance with culture and buying power.  Thus a regulated market would contribute to stimulating the productivity of labor and to producing the necessary and adequate quantities and qualities of products.
    The means of communication and advertising (converted into instruments of diffusion of information to aid human development and socialist consciousness) must serve these purposes and not the increase of profits and irrational consumerism.  Their forms of property should be diversified and controlled by the state together with the social organizations of the workers.
    The property of the means of communication and the control of production and its results should really be socialized by means of a fair participation of the state, the workers or their collective entities and the consumers.  This can be established through mixed enterprises: state property with cooperatives and with private enterprises owned by small and even in some cases big businesspeople with new forms of property and production like enterprises of social property (ESP) whose owners are the communities organized by the community councils which have been emerging during the last few years with aid form the government of the Bolivarian Republic of Venezuela and which of course demand many improvements through a process of continuous perfecting.  The essential condition is that social property be always hegemonic over private property so that decisions are made bearing in mind social interests and not profit and capital accumulation. 
    The contribution of material and intellectual labor in all their forms as a source of social wealth and through the fulfillment of the human being, toned with criteria of complex  equality, equity, solidarity and social justice, should be a fundamental right guaranteed by the state and it should be the principal criterion for the participation of the population in the goods, services and knowledge, in the value created in production. 
    Therefore in order for property to be legitimate and socially recognized it should be the result of labor.
    The types of property of the means of production, their different combinations and the participation of the workers and the communities  in those combinations will necessarily depend on various factors: on the magnitude and origin of capitals, on the complexity of technologies, on the productivity of labor and the needs of the workers and their families as well as on the origin of the raw materials and on the frequency of the specific product in human groups and society. 
    What is to be said of an enterprise like PDVSA?  It exploits petroleum and gas, products from underground and therefore belonging to the whole nation.  Their extraction and refining require enormous capitals for the kind of technologies utilized which can be developed only by the state or by transnational companies.  These technologies while doing the procedures for extraction directly affect the environment and the population of determined counties.  They generate strategically important products for the whole society and people as is the case with fuel.  That affects all the companies and people and the prices of all products.  Such an enterprise cannot be the property of only the oil workers who in Venezuela are fewer than 40 thousand people out of a population of 28 million inhabitants. 
    We repeat: the state must necessarily participate in the representation of the ensemble of the nation because petroleum belongs to the nation, because the whole nation is affected by production and because the state must contribute the enormous capital resources necessary.  The county where the extraction of crude oil occurs must participate  in the execution of the control over the impact on the environment and obtain the advantages which are permitted to benefit that specific population.  The direct laborers of the enterprise must participate because with their labor petroleum is extracted and an aggregated value is contributed.  And the consumers, represented by their organized communities (community councils and communes as concrete forms of the people’s power or others held to be legitimate), consumers’ organizations, industries, and transporters should also participate because the quality, the price and the distribution of fuel affects them directly. 
    Balance and mutual control among different social sectors and interests involved in the economic processes must exist so that none of them individually can exercise hegemonic power so as to have negative effects on the rest.  On the contrary the idea is that the different sectors through their participation in property in an organized fashion make decisions which equitably benefit the whole society and control each other mutually so as to prevent bureaucratism or reduce it to a minimum and impede corruption as well as the concentration of power and wealth. 
    But a small enterprise which produces clothes, shoes, furniture, etc. – and there are thousands of them – can be wholly the property of workers organized in cooperatives because the capital required can be furnished by them from their own savings and/or loans granted by the state.  In some circumstances when the state doesn’t have money it can give loans emitting cash capital which is not inflationary when contributing to production because an increase of circulating money is compensated by a proportional increase of merchandise and because the prices and quality of the products can in such cases be regulated by the competition in a market with a robust participation and control by the state.  Raw materials are bought from other enterprises and of course must pay taxes to the state and conform to legal, environmental and further norms.
    Another form of property which we believe to be adequate for companies whose influence includes populations in locales specific for their ecosystems can be what we call communal enterprises of social property (ESP) or socialist community enterprises which legally belong to a population group organized according to place of residence: a community council or an ensemble of them which are associated to advance toward the creation of a communal economy and the construction of a socialist commune. [1]  In this modality there could be included an agricultural production unit, an industrial slaughter house with a cold storage packing plant or a small or medium sized agro-industry as raw material is produced within its radius of action and its products are distributed among the population of the locale with participation and control by neighboring communities.
    The Soviet model was based on state property of the means of production, which were initially contoled by the workers.  But later they got to be controlled totally by the bureaucracy while as time went by the democratic participation of the people and the workers was reduced to its minimum expression; as for the material base the producers of social wealth were marginalized from the real control of the economy.  These were the fundamental causes of the phenomena of economic inefficiency, corruption, the existence of privileges for the elites, and the development of processes of alienation and exploitation which determined its incapacity to subsist as a socio-economic system and as a state.
    For this reason both forms of social property incarnated in enterprises of social property (ESP) both by the state (indirect social property) and by the communities (direct social property) must be administrated with socialist values and criteria and be combined with each other and other forms of property: cooperative, personal, family, middle and small sized private property for the purpose of conforming efficient socio-productive chains and networks [2] to the hegemony of social property administrated by councils of multiple socialist administration in which the spokespersons of the diverse social groups participate to make the best decisions for the benefit of society as a whole and to manage to have greater security, stability, and happiness.


    4 – The Struggle to Build Socialism in Venezuela and its Evaluation by the Workers

    4.1 – The diverse types of property


    Experiments of different forms and types of property and administration accomplished since the year 1999 have been evaluated in three national and many regional seminars which occurred in 2007 and 2008 with the participation of workers from industries, the state, communal councils, organized communities, socialist education schools and university students. 
    With the analysis of diverse international experiences known, among them that of the Soviet Union, important recommendations including a proposal of an administration model for socialism of the twenty-first century in Venezuela, the so called multiple socialist administration model were made.
    In order to prevent the present process of the Bolivarian Revolution from deviating toward some kind of state capitalism (state enterprises with a capitalist-like administration at the service of the reproduction of the capitalist system and of the obtaining of profits and the accumulation of capital by private capitalists) without any control by the workers and the people or a repetition of  the Soviet experience with some variations, there occurred the Third National Seminar on Socialist Education and Administration in which there participated 40 organizations in April 2008 in Valencia.  The following declaration on the ambivalence of state property came forth: 

    Types of property per se don’t always determine the objectives and purposes of those they may be useful to.  In the case of state property it can help liberate the human being and build socialist relations or enslave and submit him or her to various forms of alienation and exploitation as occurred in the ancient empire of the Egyptians in Africa and the Aztecs in Mexico as well as in the former Soviet Union, just to cite three examples. 
    Because it is subordinated to class interests which represent the block of ruling power in society and in the state (which makes fundamental macroeconomic decisions) state property can be useful for different intents, indeed including contrary ones.
    That’s determined by the administration model which, if it is exercised by an exploiting ruling class, necessarily helps reproduce the alienation of labor, of the workers and the peoples and perpetuate those conditions which make possible the domination and exploitation of some people by others: the private property of the fundamental means of production and the social division of labor in which some think, plan and order while others obey and work operatively. 
    It is indispensable to bear in mind that with the distribution of surpluses a redistribution of value created through social labor is produced.  Those who make decisions on this distribution (including state bureaucrats) always, in a conscious or unconscious way, try to have their interests as a group prevail, which necessarily affects all society. 




    4.2 – Co-management [3] and private property

    During the same Seminar the following was concluded on co-management and private property:

    Co-management has been applied in the Bolivarian Republic of Venezuela thus far probably moved by the intent to advance toward a society of inclusion and welfare and has responded more to a reformist conception inside capitalism than to a truly socialist conception.
    In capitalism the right to take part in decisions (administration) is determined by the property over the means of production – capital – which is expressed by the property of “shares” in the enterprises.  These are possessed individually or collectively, in limited or incorporated societies or in cooperatives.  According to bourgeois (capitalist) law to participate with a determined quantity of votes in order to make decisions is not a question of whether the shareholder participates or not in the productive processes but rather the quantity of shares he or she possesses.  This is what is granted by the “right” to exercise a determined quantity of votes in the assembly of shareholders and on the board of directors. 
    Such may be the case of many workers organized in cooperatives and of capitalists, in the enterprises recuperated with state resources.
    Thus it is recognized – wrongly – that it is the property over the means of production – capital – which generates the right to participate in the making of decisions whereas in the socialist conception it is labor in any of its forms – material or intellectual, simple or complex – and recognized as the source of social wealth which grants the right to participate in the administration of the enterprises. 
    Despite the good intentions the granting of state credits to the workers so they can get shares in the enterprises so that they can participate in its management has generated in them ideological confusion and many frustrations. 
    With the pressure from an individualistic and selfish mentality which has been generated in our society for the last 500 years of colonialist and capitalist alienation, in general workers, when they become shareholders tend to feel more like private “entrepreneurs” than like workers or proletarians because their new condition as private proprietors of part of the capital in enterprises separates them objectively from the rest of the people.
    There is produced in the workers a declassification, a sociopatía [4], a loss of identity, a schizophrenia.  If shares are the private property of some workers and/or capitalists, they cannot themselves be the property of other workers, nor of the communities, nor of the whole people. And consequently the surpluses generated during the production process cannot be either since they must be appropriated by the owners of the shares.  That is, when they own shares, the workers wind up objectively being converted into new capitalists.
    The historical experience on self-management [as it occurred in former Yugolsavia] doesn’t present a positive picture.  Its application in the extinct Fedrative Republic of Yugoslavia meant: alienation of the workers, capitalist anarchy, competition among workers of different enterprises.  And finally it wound up reproducing capitalism once again. [5]
    Therefore this proposal now…invites Venezuelan society to experiment a new paradigm: the multiple socialist administration whose characteristics will be explained later.


    4.3 – The socialist management of the economy, enterprises and factories

    The Third National Seminar on Socialist Education and Administration, held in Valencia concluded with regard to socialist administration:

    It is indispensable that the socialist organization of the economy and the factories, especially in those which are state property, besides the spokespersons representing the state, the workers councils, the community councils and the producers of raw materials participate with the purpose of creating balance and mutual control among the different interest groups of society as these are the ones that are frequently contradictory and at the same time complementary.  This need be done so that all of them may collectively make the best decisions which will allow them to satisfy their needs and integral sustainable development subordinated to the strategic interests of the nation and mankind. 
    That will also allow the creation of mechanisms for controlling, diminishing and reacting to bureaucratism and corruption.
    Thus the socialist administration of the economy, enterprises, and factories in socialism of the twenty-first century should occur in a collective fashion and with equitable participation – we insist on this because it is indispensable for creating a new socialist synergy – by the spokespersons of the workers councils, by those of the community councils, of the national government and whenever possible by the producers of fundamental raw materials (among them peasants, fishermen, miners and other small producers).
    This kind of administration, materialized through a multiple administration production commission which makes strategic decisions, must be incorporated into the National Constitution of the Bolivarian Republic of Venezuela so that it can be applied mandatorily by and in organisms of the state, especially those which make decisions on the economy like the Central Planning Commission and the ministries of the people’s power related to it.
    This should also be applied to: cases of the enterprises created and financed by state resources, which can be direct or indirect social property or mixed property; cases of socialist production, distribution and exchange chains; cases of productive units of a different nature and types of property, including capitalist property, which may exist with limited conditions to perform a social function subordinated to the strategic interests of the revolutionary project.
    The socialist administration will be materialized through the Councils of Multiple Socialist Directing of the enterprises or factories and of the production, distribution and exchange chains whose members will be elected or designated in accordance with laws to be created in the case of the government, and in the other cases through general assemblies.


    4.3.1 – Cooperatives and private property

    It must also be borne in mind what has thus far occurred in Venezuela regarding the intentions to build a people’s economy based on the 148 thousand cooperatives which, like co-managed and self-managed enterprises, have been created and financed with state resources between 1999 and 2008 according to figures presented by the Ministry of the Communal Economy (MINEC) and the National Superintendancy for Cooperatives (SUNACOOP) at the “Comparative Analysis of the Development of Social Property in Venezuela”, an event held at International Miranda Center (CIM) in August 2008. [6]
    The overwhelming majority of these cooperatives, as they don’t act as part of the integral system of a socialist type of people’s economy but rather as isolated enterprises have gotten to be one way or another an integral part of the capitalist system.  The immense majority of the cooperatives have been converted into forms of private collective property which don’t socialize their surpluses and don’t allow the participation of new workers nor do they take into account the interests of the community and society. 
    But furthermore all these enterprises are converted to links on the production and service chains which are exploited by monopolies through the control of key enterprises or influential enterprises on the production chains such as those dedicated to the production or sales of equipment, machinery, inputs, raw materials, and channels of distribution and commercialization as well as through the control of prices established in a monopoly fashion.
    This way monopolies exploit cooperatives and other “people’s economy” enterprises, which quickly transfer to them resources gotten from the state until they reach their total ruin or until they are subordinated to the capitalist economy as productive links of surplus value for the big time capitalists, some of which reached that status during the period of the Bolivarian Revolution.

    4.3.2 –Enterprises of social property

    It is possible that if there is not clarity or enough social consciousness and if a strategy for overcoming this situation is not elaborated, more of the same will happen to important resources which the community councils will get for the development of community projects.  And the same will happen to the resources to be gotten by the community banks during the oncoming years to perform many of the projects approved by the people’s power now in the making if they are materialized through cooperatives, which are one of the forms of private property, albeit collective.
    The community projects should be performed by enterprises of social property (ESP), direct social property from the whole community, fundamentally by workers from the same neighborhoods. 
    State policy should be orientated toward the planned and progressive building of integral systems which include: financing and self-financing, the production of machinery and equipments, raw materials, inputs, industrial processing, distribution and commercialization till reaching the final consumers, all of which is to promote socialist relations of equity and cooperation among different sectors participating in the economic processes.  There must always be participation from the workers and the people through the socialist community councils and communes (the people’s power) – in the property and the strategic decisions of the socio-productive chain and in the key and most influential enterprises of the same. 
    This will allow the people’s power under its various forms of organization – workers’ councils, community councils, councils for the producers of raw materials – to participate in the planning of the economy and to plan collectively with the state on a national, regional, and local scale, as the case may be, what to produce, in what quantities and qualities to produce it, what prices to sell it at, and so on and what should be an adequate distribution of the companies’ income: how much of it will be used to increase and improve production, how much will be for the workers, how much will be for improving community life and in general how surpluses will be distributed.
    We insist: it is a question of building from the local and the regional levels the bases so that there may be balance and mutual control among the different (healthful and not parasitical) social sectors and interests involved in the economic processes and thus none may exercise a hegemonic power which will negatively affect the rest, bearing in mind that objectively there are interests which are complementary and at the same time contradictory as may be the case between producers and consumers since the producers may be interested in acquiring greater incomes while the consumers have their interest fixed on the good quality, sufficient quantities and fair prices of products, etc. 
    With an economy of social property and multiple socialist administration which we propose on the contrary there is the intention that the different complementary sectors, through their really democratic participation in labor and property in a combined manner make decisions which benefit equitably all society and are mutually controlled, with the purpose of resisting the mechanisms which incessantly generate bureaucratism, corruption and the concentration of power and wealth. 
    In order to obtain this purpose it is necessary to develop a socialist consciousness, adequate technical productive training, the organization and action of workers and communities, and their efficient articulation with the different ministries, institutions and social organizations dedicated to the creation of spaces for reflection, study, research, and planning of the construction of the economy and socialist culture which will allow the collective design of integral systems and their practical execution. 
    This will allow society to advance with the creation of better economic, social, political and cultural conditions so as to convert to reality the great desire of The Liberator Simón Bolívar: the greatest amount of security, stability and happiness possible for the whole population. 


    Rafael Enciso Patiño, economist and researcher, has lived in Venezuela since 2006 where he has worked as an Advisor at the Ministry of the People’s Economy (MINEP), at the Corporation of Medium Sized Industries of Venezuela (CORPIVENSA), where the Project 200 Socialist Factories is being developed, and also at the Ministry of Planning and Development.  A graduate from the Autonomous University of Colombia in 1980, he studied Soviet society at the Institute of Social Sciences in Moscow in 1985-87. 

    rafaenciso2055@yahoo.es

    Translated from the Spanish by José Brendan Macdonald

    NOTES

    1.  A communal economy is the ensemble of the social relations of production, distribution, and consumption of goods, services and knowledge developed by communities under forms of direct social property at the service of their needs in a sustainable way in accordance with what has been established in the Centralized System of Planning and in the Plan of Economic and Social Development of the Nation (Bolivarian Republic of Venezuela, Ley Orgánica de los Consejos Comunales, 26 November 2009 available on Internet). 
    In quite succinct terms we shall say that each community council is created in a vicinity which in urban areas includes 200 families, in rural areas 20 families, and in aborigine areas 10.    A community council elects its spokespersons at a general assembly.  Legislation establishes one financial unit for each council.  Questions dealt with by a council may be various ones like, for example, land committees, health committees, technical teams studying questions on water, communal economy, cultural groups, sport clubs, locales for meetings and organizations of women, labor unions, youth and student organizations, civil associations, cooperatives – all in accordance with the desires and spirit of organization of their members.  Politically a commune is a form of local self-government for the population which includes various community councils and other social organizations which are to make decisions in a territorially defined area, always in accordance with the laws and the Constitution of the Republic. 

    2.  Socio-productive network: the articulation and integration of the production processes of the community socio-productive organizations for the exchange of knowledge, goods and services based on the principles of cooperation and solidarity; its activities are developed through new relations of sustainable production , distribution, exchange and consumption which contribute to the strengthening of the People’s Power (Ley Orgánica de los Consejos Comunales, 26 November 2009). 

    3.  In general co-management is understood as the minority management (and even property of some shares) by the workers in a capitalist enterprise.  In Venezuela on the other hand the term is used referring to management by workers in enterprises where the greater part of the capital is state capital.

    4.  Sociopatía can be translated as ASPD, which according to the American Psychiatric Association is "...a pervasive pattern of disregard for, and violation of, the rights of others that begins in childhood or early adolescence and continues into adulthood.”  That can be found on Wikipedia under the entry ASPD.  (Translator’s note).

    5. See Lebowitz, Michael, 73-84, 2006.

    6. See Álvarez, Víctor, 2009.


    BIBLIOGRAPHY

    Álvarez, Víctor, 2009. Venezuela: ¿Hacia dónde va el modelo productivo?, Centro 
          Internacional Miranda (CIM), Caracas.
    Enciso, Rafael, 2009. La gestión socialista de la economía y las empresas propuesta de
          trabajadores(as) al pueblo y al gobierno de la República Bolivariana de Venezuela,
          Ministerio del Poder Popular para el Trabajo y la Seguridad Social, Caracas.
    ­________, 2009. El Modo de Producción Soviético y el Socialismo del Siglo XXI en
          Venezuela, to be published soon by the Ministerio del Poder Popular para la 
          Información y Comunicación (MINCI), Caracas
    Lebowitz, Michael, 2006. Build it now – Socialism for the twenty-first century, New
          York: Monthly Review Press
    Revista Poliética, 2009. no. 5, año 1, Formación y gestión socialista: Conclusiones del
          III Seminario Nacional sobre formación y gestión socialista, pp.40-48, Caracas.
    Third Seminario Nacional sobre Formación y Gestión Socialista, 2008. Valencia,
          Venezuela: Ministerio del Poder Popular para el Trabajo y la Seguridad Social.
    Venezuela, 26 November 2009. Ley Orgánica de los Consejos Comunales, available on 
          Internet.

    Wikipedia, ASPD, entry accessed on 4 May 2010


    Text to download as pdf.

    February 2012.

    Translated from the Spanish by José Brendan Macdonald

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  • French
    26/01/12

    Suite à la liquidation de la compagnie SeaFrance, le syndicat maritime Nord CFDT conviait les salariés de la société à une réunion pour faire le point sur les licenciements en cours et le projet de SCOP. L’occasion pour ce syndicat de contrecarrer les accusations de nombreux médias et de François Chérèque et de confirmer que le projet de SCOP n’est pas mort.

    Mercredi 25 janvier, 10 heures, la salle du Bowling de Calais est comble. Nombreux sont ceux qui restent debout. C’est dans cette salle que le syndicat CFDT Maritime Nord avait présenté en octobre 2011 le projet de SCOP. C’est ici qu’il invite les salariés de SeaFrance à débattre de la liquidation en cours et de la refonte du projet. Plus de 500 salariés étaient présents à cette occasion.

    Suite à la liquidation prononcée par le Tribunal de commerce le 9 janvier 2012, les licenciements sont en cours. Bruno Landy, co-fondateur de la SCOP, détaille le montant des indemnités que les salariés vont toucher en fonction de leur salaire, de leur ancienneté et de leur statut (marin ou sédentaire), certaines indemnités étant conditionnées par d’autres. « On peut appeler ça une usine à gaz » résume Eric Vercoutre, autre élu au Comité d’entreprise. Il rappelle que lors du Comité d’entreprise du jeudi 19 janvier, le débat avait porté sur le montant de la prime supra-légale que verse la SNCF. Alors que les syndicalistes demandaient une prime uniforme pour tous les salariés, la proposition de la SNCF soumet le montant de celle-ci aux montants des primes légale et contractuelle de licenciement : si ces dernières sont importantes, la prime supra-légale devient faible et peut descendre jusqu’à 3 000 €. Lundi 23 janvier, le Comité d’entreprise reprend sans la SNCF « alors qu’elle nous avait promis qu’elle venait pour détailler les reclassements ». Sans nouvelle proposition de la part de la SNCF, les huit délégués votent contre. « La SNCF a annoncé des sommes jusqu’à 73 000 euros bruts. C’est un mensonge, un véritable scandale » conclut Eric Vercoutre. Question reclassements à la SNCF, « Les gens ont été prévenus, vendredi, samedi, pour des reclassements en ayant rien. C’est une honte. Les gens, on leur disait, voilà, tu vas à Arras, tu vas prendre une place de maîtrise, tu vas avoir tant de salaire annuel. Il fallait répondre lundi à 13 heures. S’il répondait positivement, il n’y avait plus de PSE. Je ne sais même pas s’il y a dix personnes qui vont être reclassés à la SNCF ».

    Maître Philippe Brun, avocat des salariés, rappelle : « Il l’a dit, mais il l’a pas fait. Et qui l’a dit ? Le Président de la République, le 2 janvier. Et qu’est-ce qu’il a dit ? Le chômage, c’est pas une fatalité, je sauverai SeaFrance », puis énumère ensuite les différents mensonges du gouvernement, notamment concernant les indemnités supra-légales qui ne sont pas à la hauteur de ce qui avait été annoncé. D’emblée, le ton est donné. Paraphrasant Nicolas Sarkozy, il poursuit : « je vais vous aider, je vais sauver SeaFrance, mais pas dans le cas d’un plan de cession. Parce que si des fois vous réussissiez là où la SNCF a échoué, ça la foutrait mal. Donc, ça sera une cessation d’activité parce que je ne peux pas vous apporter cinquante millions d’aides car ce sont des aides d’Etat interdites par le Traité de Lisbonne. Mais qui c’est qui a fait le Traité de Lisbonne dans le dos des Français qui ont refusé en 2005 le Traité constitutionnel européen si ce n’est Nicolas Sarkozy ? C’est d’autant plus un mensonge qu’il nous dit que pour pouvoir nous aider, il faut qu’on vous licencie tous. Mensonge d’abord parce qu’il n’y a pas eu de demande d’aides d’Etat. Il y avait dans notre montage un prix de cession. La SCOP, dans le cadre du plan de cession procédait à l’acquisition des navires de SeaFrance pour l’euro symbolique et revendait à une société d’économie mixte détenue par l’Etat et la Région Nord-Pas-de-Calais les trois navires qui ont une valeur de plus de 150 millions d’euros pour simplement obtenir 50 millions de trésorerie dont on avait besoin. On sanctuarisait comme un bien national ces navires et on avait l’argent pour l’exploitation et cet argent-là n’est pas une aide d’Etat. Monsieur le président de la République, soit vous êtes un coquin, soit vous avez de mauvais conseillers ».

    Evoquant la campagne de presse en cours contre le Syndicat Maritime Nord CFDT et les salariés,  Philippe Brun commente : « Depuis le 4 janvier, un torrent de boue s’est déversé, qui s’est déversé sur Calais, qui s’est déversé sur cette association de malfaiteurs que vous êtes. Je l’ai lu dans la presse locale… Vous êtes des malfrats, des pirates de haut vol, vous n’avez cessé de voler, de racketter, et vous avez un chef de bande, c’est Cappelle, c’est Vercoutre ». Réfutant une à une les accusations proférées et rappelant que le Comité  d’entreprise de SeaFrance est en avance sur la loi en ayant des comptes certifiés depuis plus de trois ans, il poursuit « la calomnie, je comprends pourquoi elle est sortie à ce moment-là. Elle a été relayée par Monsieur Chérèque, qui tel Judas, le jour de l’audience, le 9 janvier, est venu dire, c’est des voyous, on va les exclure… Calomnier, calomnier, il en restera quelque chose. Alors, il va rester quelque chose, parce que celui qui va calomnier maintenant, c’est direction Tribunal correctionnel ». Sous les applaudissements de l’assistance, il annonce que des poursuites seront engagées contre Chérèque, Le Figaro, Libération, Nord Littoral. Il conclut : « On a perdu une bataille à cause du mensonge, à cause de la calomnie, on n’en perdra pas deux… Et il y aura une deuxième bataille, parce que la SCOP, qu’ils le veulent ou non, elle n’est pas morte ».

    Didier Cappelle donne ensuite des nouvelles du projet. Compte tenu de la liquidation de la compagnie, un nouveau business plan a dû être reformulé et devrait être prêt ce soir-même. Il confirme l’engagement de Jean-Michel Giguet, ancien Président du Directoire de Brittany Ferries, qui s’installe à Calais dès lundi. Tout en rappelant que le but à long terme est de revenir à trois car-ferries, Didier Cappelle indique que « dans un premier temps, la SCOP pourra reprendre 550 salariés. Maintenant, il faudra un peu de patience parce que le premier jour, la SCOP ne pourra pas réembaucher 550 salariés… Dès la semaine prochaine, on va s’attaquer à reconstruire un équipage parce qu’il faut aller très vite ». Eurotunnel se serait engagé à racheter trois navires de SeaFrance dans l’objectif de les relouer à la SCOP. Eurotunnel, premier employeur du Calaisis, pourrait en effet être inquiet de voir s’installer dans le détroit de Calais un opérateur low-cost bradant les prix. Comme l’indique Didier Cappelle, cette coopération entre Eurotunnel et la SCOP serait un « accord gagnant-gagnant ».

    Après ces présentations liminaires, l’essentiel de la réunion a pris la forme d’échanges avec la salle. Une bonne partie des questions ont porté sur la position à avoir concernant les « offres » de la SNCF. De nombreuses interventions mentionnent la situation de travailleurs anciennement licenciés qui auraient été réembauchés sans contrat de travail, sur des salariés qui auraient été « requalifiés », euphémisme pour parler de baisse de salaires. Un jeune marin, licencié en 2010, fait part de sa motivation à rejoindre la SCOP et demande si cela serait possible. Pourquoi la SNCF, qui n’est pas officiellement l’employeur, propose-t-elle des indemnités transactionnelles aux salariés de SeaFrance ? De nombreux prudhommes sont actuellement en cours concernant les licenciements des années 2010 et 2011 et seront plaidés prochainement.

    Après la liquidation de la Compagnie SeaFrance et cette avalanche de calomnies contre la section syndicale CFDT et les salariés, cette salle archi-comble confirmait la vivacité du projet SCOP. La présence de partenaires tels que Jean-Michel Giguet et Eurotunnel montre que ce projet est plus que probable. « La meilleure réponse c’est votre présence ici. Ensemble, on va rebâtir une entreprise normale. Ensemble, vous allez être maître de votre vie » concluait Eric Vercoutre sous les applaudissements de la salle.

    Association Autogestion
    23 janvier 2012
    http://www.autogestion.asso.fr

     

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